Alireza Akbari tenía 61 años y doble nacionalidad británica-iraní. Se trata de un ex importante funcionario de Defensa, de Irán, quien fue acusado de espiar a su país en beneficio de los servicios de inteligencia británicos. Concretamente fue condenado por «corrupción en la tierra y atentar contra la seguridad interior y exterior del país por pasar información de inteligencia» al Reino Unido. Akbari fue presentado como un «espía clave» del Servicio de Inteligencia Secreto (SIS) británico, más conocido como MI6.
Hace tres días fue condenado a muerte y la ejecución se produjo este sábado, según informó Mizan Online. De inmediato se conoció la reacción del país europeo. Su ministro de Relaciones Exteriores, James Cleverly, advirtió que se trata de un «acto de barbarie» que «no quedará sin respuesta». Luego aseguró que su gobierno «convocará al encargado de negocios iraní para transmitirle nuestro disgusto». El primer ministro Rishi Sunak, vía Twitter, expresó: «Este fue un acto insensible y cobarde, llevado a cabo por un régimen bárbaro que no respeta los derechos humanos de su propio pueblo. Mis pensamientos están con los amigos y la familia de Alireza».
Alireza Akbari ocupó cargos claves en el aparato de seguridad y defensa iraní. Veterano de la guerra entre Irán e Irak (1980-1988) fue viceministro de Defensa para Relaciones Exteriores (bajo la presidencia de Mohammad Jatami (1997-2005) y jefe de una unidad en un centro de investigación ministerial y asesor del comandante de la Marina, entre otras ocupaciones oficiales.
Akbari fue detenido entre marzo de 2019 y marzo de 2020. La agencia Mizan afirmó que había recibido pagos de más de 2 millones de dólares por sus servicios, mientras que varios medios iraníes difundieron un video en el que aparentemente se le ve hablando con personas que serían contactos británicos.
Irán lleva meses sacudido por las protestas desencadenadas por la muerte, el 16 de septiembre, de Mahsa Amini, una kurda iraní de 22 años que había estado bajo custodia policial por llevar mal colocado su velo. La justicia iraní confirmó las condenas a muerte de 18 personas en relación con las protestas. Cuatro de ellas ya fueron ejecutadas, lo que desencadenó una protesta internacional. Fuentes oficiosas relacionaron esta situación con la ejecución de Akbari.