Michel Temer, el mandatario brasilero y uno de los mayores impulsores de la destitución de Dilma Rousseff, se dirigió al país en cadena nacional y afirmó que la grabación donde se evidencia  un intento de soborno «es fraudulenta y malintencionada» .

«Estamos acabando con los viejos tiempos de las facilidades y eso incomoda a muchos que quieren liquidar al gobierno. El gobierno no es culpable», afirmó haciendo oidos sordos a los pedidos de renuncia que llueven desde todos los frente.

Temer le pidió a la prensa que «se tomen el trabajo de escuchar los audios. Son todas frases inconexas» y para despejar cualquier tipo de duda remató: «Continuaré al frente del Gobierno, muchas gracias».