Estados Unidos es considerado el país más rico del planeta con un PBI de 20.94 billones de dólares. Sin embargo esta cifra no refleja las condiciones de vida de los trabajadores norteamericanos y de la clase media, quienes desde los años ’80 ven reducida y deteriorada sus condiciones de vida.
Según estadísticas el 14.5% de la población adulta norteamericana es pobre y el 19.9% de los infantes, alrededor de 15 millones viven bajo los umbrales de la pobreza.
Pero desde principios de mayo la situación se ha agravado, especialmente para los bebés, dado que la mayor compañía de leche de fórmula Abbott Nutrition, tuvo que cerrar su fábrica en Sturgis (Michigan), debido a que funcionarios de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés), encontraron rastros de una bacteria llamada Cronobacter sakzakii, en varias superficies de la planta. Según registros la bacteria ya se había detectado ocho veces en sus productos o instalaciones desde 2019. La situación se complejizó en febrero de este año, cuando se determinó que cuatro bebes sufrieron infecciones bacterianas después de consumir la fórmula desarrollada en dicha fábrica y dos de dichos niños fallecieron.
Tanto la FDA como la corporación Abbott dicen que están trabajando rápidamente para reiniciar la fabricación en su planta, pero la empresa tendrá que someterse a todos las regulaciones que pide el gobierno. Según directivos de la compañía no son procedimientos sencillos y podrían tardar hasta 10 semanas para fabricar y distribuir los productos hacia todo el país. Mientras tanto hay muchos padres desesperados tratando de conseguir la leche fórmula en supermercados y tiendas, tarea muy difícil ya que Abbott es la compañía más grande del país responsable de la fabricación del 40 % del producto
El gobierno liderado por el presidente Joe Biden expresó su preocupación y envió dos proyectos a la Cámara de Representantes, quienes aprobaron 28 millones de dólares para garantizar que las familias de bajos ingresos puedan continuar comprando fórmula. Estos grupos vulnerables están registrados en un programa especial de nutrición suplementaria para mujeres, bebes y niños (llamado WIC, por sus siglas en ingles). Es que el costo de esta leche fórmula es muy costoso: cada lata sale entre 17 y 18 dólares y dura de 3 a 5 días. Según el medio norteamericano Time, más del 50% de este producto para bebés es consumido por familias que reciben cupones del WIC, quienes están teniendo muchas dificultades para adquirirlo, ya que empieza el racionamiento en los grandes supermercados y farmacéuticas, como CVS Y Walgreens, quienes limitan la compra del producto a solo tres latas por persona. Según reporta Datasembly -empresa dedicada a proveer datos de productos de supermercado- entre el 40 y el 50% del país se encuentra sin existencias de fórmula.
En la ciudad de Nueva York, el alcalde Eric Adams ha decretado el estado de emergencia e implementado un sistema para que la población denuncie a aquellos comerciantes que acaparan y encarecen los productos, ya que el gobierno detectó hasta 10% de incrementos de leche fórmula, esencial para la vida de bebes con problemas digestivos y alérgicos.
Hasta que el producto vuelva a aparecer en los estantes de los supermercados, Biden reactivó la Ley de Defensa de la Producción, una legislación que requiere que los proveedores de fabricantes de fórmulas prioricen al país y que entreguen los insumos para producir la leche.
La Administración también implementará la «Operación Fly Fórmula«, con la que autoriza al Departamento de Defensa a usar aviones comerciales para transportar suministros de fórmula desde el extranjero. El primer envío se recibió el día domingo 22 de mayo, proveniente de Suiza, elaborado por la Corporación Nestlé, la mayor productora de alimentos del mundo. Este cargamento fue de 35.380 kilos -número suficiente para 500 mil biberones- según reporta FDA. La agencia de noticias AP, informó que arribarán al país otros vuelos procedentes de la base aérea de Ramstein, en Alemania, con 1.5 millones de recipientes de las tres fórmulas que son hipoalergénicas, para niños con alergia a la proteína de la leche de vaca.