El gobierno de Brasil intervino por un mes el servicio penitenciario en Rio Grande do Norte, noreste del país, que este jueves enfrentaba el tercer día consecutivo de ataques incendiarios en al menos ocho ciudades, entre ellas la capital regional, Natal, como parte de una ola de violencia lanzada por una organización narco que tiene a sus líderes en prisión.
Un decreto del presidente Luiz Inácio Lula da Silva y del ministro de Justicia, Flávio Dino, publicado en el Diario Oficial de la Unión determina la intervención federal del Gobierno central en la Secretaría de Administración Penitenciaria con el objetivo de dotarla de recursos frente a la crisis que puede estar originada en una protesta de presos de la organización narco Sindicato del Crimen.
La intervención fue determinada en acuerdo con la gobernadora, Fátima Bezerra, quien también pidió al gobierno central el envío de agentes y equipamientos de la tropa de elite policial Fuerza Nacional de Seguridad.
Pese a ello, según la Secretaría de Seguridad, los ataques continuaron por tercer día consecutivo esta madrugada en Natal, con incendios de autobuses de pasajeros que estaban vacíos.
La acción lanzada por la organización Sindicato del Crimen está vinculada a una operación policial que interceptó un cargamento de armamento destinado a los capos del grupo que domina el narcotráfico en Rio Grande do Norte, estado conocido como la «esquina de América» por su posición geográfica.
Los ataques coordinados disminuyeron este jueves, ya que habían sido en más de de veinte ciudades el martes y miércoles con disparos y bombas incendiarias contra comisarías, sedes gubernamentales y comercios.
En Natal continuaba suspendido hoy parte del transporte público de pasajeros, así como las clases en todos los niveles a raíz de que el Sindicato el Crimen ordenó una suerte de «toque de queda» criminal contra la población.
Uno de los capos de la organización Sindicato del Crimen que organizó el levantamiento murió en el vecino estado de Paraíba mientras huía de la policía y se llamaba José Wilson da Silva, alias El Argentino, según fuentes de la Secretaría de Seguridad Pública.
El Argentino, apodo que ganó por usar la camiseta de la selección tricampeona del mundo en Qatar, recibió las órdenes de comandar la ola de violencia por parte de alias Alicate, el capo narco del Sindicato del Crimen detenido en la cárcel de Alcaluz, en Rio Grande do Norte.
Alicate fundó en 2013 el Sindicato del Crimen como una banda contraria al todopoderoso Primer Comando de la Capital (PCC), la mayor organización narco de Brasil, y fue transferido en las últimas horas a un penal federal de máxima seguridad como parte de la represión a la ola de violencia.
Al menos dos personas murieron, además de El Argentino.
Esta es la primera ola de violencia vinculada al crimen organizado que registra el Gobierno de Lula, asumido el 1 de enero. El Gobierno de Rio Grande do Norte es del Partido de los Trabajadores (PT) tras la reelección de la gobernadora Bezerra.
Familiares de presos cortaron algunas rutas frente a las cárceles de Natal y Mossoró (otra ciudad atacada) en reclamo de mejoras en las condiciones de detención y de que no se ejecute violencia contra los detenidos.