Un desfile de orientales pasó en las últimas horas por la central de Buquebús en Puerto Madero en la búsqueda de su pasaje para retornar al Uruguay con el fin de emitir su voto. Una de las oficinas, en el primer escritorio, la foto de Yamandú Orsi y de Carolina Cosse hace parecer un comando de campaña. De algún modo lo es. Ellas, orgullosas, militantes de toda la vida por el Frente Amplio, atienden a cada uno de los paisanos. Lilian Alfaro es una especialista en colaborar con sus compatriotas desde su labor en el consulado en Argentina. Alejandra Bobbio vivió de ese lado del charco (ocho años en San Nicolás), regresó a su tierra y, en cada elección, vuelve para trabajar con ahínco en la gestión y organización de quienes quieren ir a votar. Por supuesto, ambas con enorme trayectoria en el Frente Amplio.
-Cómo se preparó este operativo para que los uruguayos puedan viajar desde Buenos Aires para votar.
AB: – Este trabajo se viene dando en cada elección que el Frente Amplio ha transitado desde su regreso al gobierno. Se trata de apoyar a todas las personas que viven en Argentina, que son frenteamplistas y le quieren ir a votar. Una operativa conocida y trabajada en muchas elecciones, desde las del 2004, las nuestro primer gobierno. En distintas ocasiones, con distintas modalidades, desde distintos lugares. Siempre a través de Buquebús, que es una empresa que transporta mucha gente en corto tiempo. Así se hace en la segunda vuelta. Pensábamos que en la primera vuelta iba a ser suficiente, pero no lo fue.
LA: -Por supuesto, cuenta con el apoyo institucional del Frente Amplio, que es el que genera y administra los recursos para disponer un descuento de casi un 80% en el valor de los traslados tanto a Colonia como a Montevideo y el regreso.
-¿Qué cantidad aproximada de uruguayos van a viajar o viajaron en la primera vuelta?
LA: -Sabemos que duplicamos a la primera vuelta. Se hace por tierra, por agua y también muchos otros se mueven en aviones. No todos los frenteamplistas tienen el mismo poder adquisitivo. Tenemos un registro de los que votan al Frente Amplio, que vienen por acá y de los que van por ómnibus o por tierra. Yo creo que esta vez podemos llegar a 7 u 8.000 compañeros. Estarán muy preocupados del otro lado del río… (risas). Porque se viene una marea frenteamplista.
AB: -Es un trabajo coordinado con cada uno de los 22 comités de base hay en Argentina, con padrones, llamando por teléfono a cada uno de sus afiliados, con jornadas al aire libre. O sea, no es un trabajo espontáneo. Sí responde a una operativa que vio como resultado la inscripción de los que iban a votar. Ahí se solidifica el trabajo militante. Y por eso hoy, a pocas horas de la elección, estamos tan contentas.
-¿El fervor que se nota en esta oportunidad se acrecentó por la paridad de la elección?
LA: -Los frenteamplistas somos así. En la segunda vuelta recuperamos la energía. Hemos pasado por esto, muchas veces. Hemos tenido mucha convocatoria siempre en la segunda vuelta. Porque ahí nos pegamos el susto… (risas). Porque apostamos a decir ‘ganamos’ y con el sistema electoral de Uruguay es muy complejo ganar. Nos sentimos ganadores porque tenemos los votos y crecemos en cada elección… Pero el sistema a veces marca una gran injusticia.
-El tema de que no se pueda votar en el exterior, ¿perjudica al Frente?
-Por supuesto. Pero perjudica a todos; a los blancos, a los colorados. Hoy los blancos y la coalición está deseosos por llevarse el voto de Argentina. Qué poco inteligentes. Nos han negado el voto en el exterior pensando que somos todos del Frente. Nuestra generación, la primera que vino está desapareciendo y los jóvenes son diferentes. Ellos creen que si nosotros votamos en el exterior, el Frente se perpetúa en el poder… Y bueno, en Uruguay no hay reelección. Cuál sería el problema. Hasta ahora, los mejores 15 años del país se llamaron gobierno del Frente Amplio, se llamaron, Tabaré y Mujica.
-¿Cómo está hoy el Uruguay?
LA: -Nos preocupa a todos porque hubieron hechos graves de corrupción y una inseguridad terrible, y así, cómo puede ser que el presidente tenga una imagen positiva… También miremos este país: se votan determinadas cosas como la violencia, se vota la corrupción, se votan diferentes modelos. Nuestro modelo es justamente diferente al de Argentina. Con un presidente que gobierna con una manera violencia, modos verbales espantosos. Y así estamos.
AB: -Yo creo que tiene mucho que ver el entusiasmo y el fervor que hay, justamente en la demanda de los problemas que tenemos: seguridad, salud, educación, violencia de género. Los más de 500.000 nuevos uruguayos pobres. El modelo de mirar para el costado ha tenido mucho que ver. El gobierno argentino ha expresado una forma totalmente arbitraria de gobernar. Y como decía Lilian, ha despertado la sensación de “no queremos esto en Uruguay”. Queremos reformar reforzar el hecho de que un compañero como Yamandú llegue a la presidencia, acompañado de la compañera Carolina. Excelentes personas, por sobre todo honestas, con transparencia en la gestión, conocimiento y capacidad.
LA: – No quiero juzgar a (Alvaro) Delgado, o a la compañera de ruta que eligieron (Valeria Ripoll). Dicen que como es mujer no hay que criticarla. Yo sí la critico porque las personas tienen que ser idóneas, transparentes, creíbles. Lo observo en todos los conversos: cuando uno se cambia de bando y quiere ser el mejor se le nota que pierde por todos lados.
-Los dos intendentes de las ciudades más importantes se unieron tras las internas. Un ejemplo para el progresismo de la Argentina.
LA: – Hay una complementariedad, no solo de compañeros, sino de conocimiento, que no se dan en otros lados. El país quedará en buenas manos. Se ha visto en Yamandú y en Carolina la transparencia de su gestión por más palos en la rueda que le ha puesto. Confío absolutamente en Yamandú. Es lo que es. No hay dos Yamadú. Es el mismo que conocemos hace 20 años y que no cambia.