Alepo, Siria
La tregua en Siria, considerada como la de la «última oportunidad» para poner fin a una guerra que dejó más de 300 mil muertos, se mantenía este martes, ofreciendo a los habitantes de varias ciudades su primera noche de tranquilidad en meses.
Las armas dejaron de escucharse después de que entrara en vigor la tregua el lunes a las 19H00 locales (16H00 GMT), pactada por Rusia y Estados Unidos, que apoyan respectivamente al régimen y a los rebeldes, en un nuevo intento de poner fin a más de cinco años de guerra devastadora.
La brutalidad de la última batalla en Alepo, la segunda ciudad del país, que dejó centenares de muertos, incitó a rusos y estadounidenses a buscar un acuerdo.
El cese de los combates permitirá el envío de ayuda humanitaria urgente a centenares de miles de personas que viven en las zonas sitiadas, en especial la ciudad rebelde de Alepo.
El martes por la mañana, los corresponsales de AFP en Alepo, tanto en la zona leal a Damasco como la rebelde, no dieron cuenta de ningún disparo o bombardeo durante la noche.
Tanto al este como al oeste de la ciudad, los habitantes permanecieron en las calles el lunes hasta la medianoche, aprovechando el alto el fuego para celebrar el Eid al Adha, la fiesta musulmana del sacrificio.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), los principales frentes, en las provincias de Alepo, Damasco e Idleb (noroeste), están tranquilos.
Para el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, que negoció el acuerdo con su homólogo ruso Serguei Lavrov, la tregua podrá «ser la última oportunidad de salvar» a Siria, donde el conflicto dejó más de 300 mil muertos desde marzo de 2011 y obligó a millones de personas a huir.
«Pudimos dormir»
En numerosas ciudades y localidades, en particular las que controlan los rebeldes y que eran bombardeadas a diario por la aviación del régimen, la población expresó alivio.
«Generalmente no cerramos el ojo durante la noche por el ruido de los aviones», dijo Hasan Abu Nuh, un militante de Talbise, un feudo rebelde en la provincia de Homs (centro). «Pero gracias a Dios la última noche pudimos dormir».
En la provincia de Idleb, donde 13 civiles murieron el lunes antes de que entrara en vigor la tregua, un militante también señaló que la noche fue tranquila.
«Esta vez pudimos dormir bien», afirmó Nayef Mustapha, de la localidad de Salqin. Sin embargo, un poco escéptico, Mustafá afirmó que «la gente piensa que permanecerá tranquilo únicamente durante el Eid».
Aprovechando esta tregua, la ONU hizo saber que estaba dispuesta a «proveer de manera urgente ayuda humanitaria a los que la necesiten».
Incluso si la oposición y los rebeldes, debilitados, no dieron su acuerdo formal a la tregua y pidieron «garantías» del aliado estadounidense, parecen respetar en el terreno el alto el fuego.
Ello no impide que el escepticismo prevalezca sobre el éxito de esta nueva tregua.
El régimen congeló sus operaciones militares «en el territorio» hasta el 18 de septiembre a las 21H00 GMT después de dar su aval al acuerdo concluido el viernes por Washington y Moscú.
Al igual que en la anterior tregua, a finales de febrero, que duró unas semanas, los grupos yihadistas, Estado Islámico y Frente Fateh al Sham (ex Frente Al Nosra, brazo sirio de Al Qaeda), que controlan amplios sectores del país, están excluidos.
– ¿Nuevas negociaciones? -Si se respeta, este cese de hostilidades podría desembocar en una inédita colaboración entre Moscú y Washington contra los dos grupos yihadistas.
Ambos buscan a través del acuerdo favorecer la reanudación de las negociaciones entre el régimen y los rebeldes para poner fin al conflicto que permitió que el grupo Estado Islámico afianzarse en medio del caos.
El viceministro de Exteriores ruso, Mijail Bogdanov, afirmó el lunes que «el emisario de la ONU Staffan de Mistura debería invitar a todas las partes [a las negociaciones] probablemente a principios de octubre».
Pero la tarea es muy difícil, dada la complejidad del conflicto. El presidente Bashar al Asad repitió, a pesar de la tregua, su determinación «en recuperar todas las regiones en manos de los terroristas», lo que aleja la perspectiva de una solución política.
El acuerdo estipula un alto el fuego de 48 horas, renovables, en todas las regiones con la excepción de aquellas donde Estado Islámico y el Frente Fateh al Sham están presentes.