Los cubanos fueron nuevamente a las urnas para elegir autoridades, en un proceso que culminará el año que viene con la renovación de la cúpula del gobierno. Se producirá entonces el más profundo cambio en la isla en casi 60 años, ya que el actual presidente de Cuba, Raúl Castro, dejará el mando en manos de alguien que por primera vez no forma parte de la generación que hizo la revolución, aunque será uno de los cubanos formados totalmente en este período.
El comienzo del proceso electoral estuvo demorado por las tareas de reconstrucción en muchos distritos de la isla tras el paso del huracán Irma, en septiembre pasado. Y por esa razón terminó coincidiendo con el aniversario de la muerte del líder de la revolución, Fidel Castro. Este domingo la jornada también fue tormentosa, con fuertes lluvias en la región del oriente del país. Sin embargo eso no fue impedimento para que más de 7 millones de ciudadanos (85% del padrón) acudieran a los centros de votación.
La Comisión Nacional Electoral informó que esa cifra de asistencia implica que hubo 54.882 electores más que en el último comicio, que fue hace cinco años, de acuerdo a la agenda que prevé la Constitución cubana.
Alina Balseiro, titular de la CEN, informó este lunes que resultaron electos 11.415 delegados en 12.515 circunscripciones, de las cuales más del 35% son mujeres y 14,3% jóvenes. Además, Balseiro señaló que habrá segunda vuelta en 1100 distritos.
Esta elección es el primer eslabón que pone en marcha una maquinaria que en unos meses terminará con el reemplazo de Raúl Castro, quien en ya había anunciado que este era su último período el frente del país.
Como se recuerda, Raúl reemplazó formalmente a su hermano Fidel en febrero de 2008 aunque ya estaba en el cargo desde 2006, cuando el comandante guerrillero anunció su retiro.
El sistema electoral cubano difiere radicalmente de lo que se conoce en el resto de los países occidentales. Por empezar, se trata de un país con partido único, lo que genera críticas entre quienes plantean como sinónimo de democracia a los sistemas pluripartidistas.
En tal sentido, Raúl Castro suele argumentar que el partido único garantiza mantener los logros de la revolución.
En cuanto al cuestionamiento sobre la debilidad democrática del sistema, académicos que defienden este método replican que permite que cualquier ciudadano pueda presentar a una elección como la que acaba de ocurrir este domingo y que no se hace necesario hacer campaña, lo que en países con pluripartidismo implica que solo los que pueden conseguir dinero para mostrarse puedan llegar a cargos públicos. Con lo que eso implica para una verdadera democracia participativa y amplia.
El ex canciller y presidente de la Asamblea Nacional, Ricardo Alarcón, destacó en un libro que el modelo cubano se asienta en lo que conoce como parlamentarización de la sociedad elaborado por el austríaco Hans Kelsen, que es la forma de llevar hasta los últimos rincones de una nación el debate sobre los grandes temas que en otro tipo de sociedad se hacen en los recintos legislativos, normalmente sin que los argumentos o las tensiones que generan cada discusión lleguen a conocimiento público .
Voto en detalle
El primer paso en el proceso eleccionario, entonces, consiste en la elección de delegados para las Asambleas Municipales. Cualquier ciudadano puede presentarse con solo expresar esa voluntad en las asambleas que se desarrollan oportunamente en cada circunscripción.
No es necesario que esté afiliado al Partido Comunista ya que se elige a personas y no a listas.
Para ganar se necesita obtener más del 50% de los votos válidos en cada distrito, y en caso de que nadie llegue a esa cifra hay una segunda vuelta.
Los delegados luego eligen las autoridades de cada Asamblea Municipal del Poder Popular. Allí se aprobarán las candidaturas a delegados provinciales y diputados de los cuales la AMPP elige al 50% mientras que el otro 50% es elegido por referentes de las organizaciones de la sociedad, como la Central de Trabajadores, la Federación de Mujeres o los Centros de Estudiantes.
Es importante señalar que los representantes de la sociedad no cobran sueldo por esa tarea sino que mantienen el del trabajo previo, y al que regresarán una vez cumplido su período.
La próxima instancia será la de los cargos ejecutivos, que corren por cuenta de los diputados, en un esquema que difiere poco de lo que ocurre en los países con sistema parlamentario, como los europeos. El llamado Consejo de Estado, que tiene la responsabilidad de conducir al país, está formado por un Presidente, vicepresidentes, secretarios y demás miembros del gabinete.
Raúl Castro tiene 86 años y será el último representante de aquella generación que tomó el poder el 1 de enero de 1959 tras una guerra revolucionaria contra la dictadura de Fulgencio Batista. ¿Quién habrá de sucederlo?
Es prematuro y hasta aventurado dar nombres, pero los que gustan de especular señalan a Miguel Díaz-Canel Bermúdez, actual Vicepresidente Primero. Se trata de un ingeniero electrónico de 57 años que formó parte como oficial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y posteriomente fue docente universitario.