Eran en un montón de polvo y acero incandescente, pero hace minutos eran edificios emblema de una manera de entender al mundo.
Entre las 8:46 y las 10:28 de la mañana del 11 de septiembre del 2001, las torres gemelas del World Trade Center, en Nueva York, fueron impactadas por dos aviones secuestrados con lo que quedaron reducidas a un montón de polvo y acero incandescente: 2.753 personas murieron en los ataques de Nueva York, 184 en el Pentágono, y 40 en el vuelo 93, que se dirigía a la capital estadounidense hasta que los pasajeros y la tripulación se rebelaron y los secuestradores lo hicieron estrellar sobre Pennsylvania.
Seis mil personas resultaron heridas. Familias completas quedaron destruidas. El mundo entero se paralizó ante los ataques terroristas suicidas más mortíferos( y eficeintes) de la historia.
Los atentados fueron perpetrados por piratas del aire del grupo Al Qaida, en ese entonces liderada por Osama Bin Laden, quienes desviaron cuatro aviones de pasajeros para estrellarlos contra los símbolos económicos, militares y políticos de Estados Unidos.
La mañana del 11 de septiembre de 2001, lo cambió todo, sobre todo en lo mediatico y lo informativo. Los canales de televisión no podían confirmar los rumores. No se sabía con exactitud lo que estaba sucediendo, hasta que entre nubes de polvo, se vislumbró como un avión se encontraba incrustado en una de las torres del histórico World Trade Center. En todo el mundo.
Con solo 17 minutos de diferencia, otro avión impacto con la segunda torre del centro financiero. Un hecho que reafirmó los rumores: se trataba de un atentado terrorista.
Mientras la atención se centraba en lo que estaba sucediendo en New York, otro avión sorprendió al mundo impactando contra el Pentágono y por si fuera poco, presuntamente, después de una disputa entre los pasajeros y los pilotos terroristas, un cuarto avión se había estrellado en un terreno abierto de Pennsilvania.
La noticia trascendió y se conoció que algunos pasajeros lograron comunicarse, a través de celulares, para informar lo que sucedía. El FBI logró identificar a 19 de Al Qaeda secuestraron cuatro aviones comerciales y los estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York, el Pentágono, en Washington, y sobre un campo de Shanksville, en Pennsylvania. Era el primer ataque extranjero en territorio continental de Estados Unidos en casi dos siglos, y motivó luego las invasiones de Afganistán (2001) e Irak (2003), lideradas por Washington, y en donde la guerra aún sigue causando estragos más de una década después. De Libia a Siria, varios países de Medio Oriente están sumidos en conflictos armados y son un caldo de cultivo para los grupos afiliados a Al Qaeda, en tanto Europa ha sido blanco de ataques inspirados por el grupo Estado Islámico. Los nombres de las víctimas se leerán el domingo en un acto en la Zona Cero de Nueva York, el lugar en el que ahora se alza la nueva One World Trade Center, y el Presidente Barack Obama participará en una ceremonia en el Pentágono. «Este fin de semana, honraremos su memoria una vez más. Estamos con los supervivientes, que aún soportan las cicatrices de aquel día», dijo Obama en su alocución semanal del sábado.
El 15º aniversario de la tragedia llega en un momento de división en Estados Unidos, en plena campaña por la presidencia entre la demócrata Hillary Clinton, senadora por Nueva York en la época de los atentados, y el magnate de Manhattan Donald Trump. A ambos candidatos se les espera en la ceremonia de conmemoración que se realizará en Nueva York. El acto, ante el memorial del 11 de septiembre, se detendrá en seis ocasiones: coincidiendo con los momentos en que cada uno de los dos aviones golpearon sendas Torres Gemelas, cuando cada una de ellas cayó, en el momento del ataque al Pentágono, y cuando el vuelo 93 se estrelló en Pennsylvania. A los lugares religiosos de culto se les ha pedido que hagan repicar sus campanas en el primer momento de silencio, a las 08:46 locales (09:46 hora de Chile), cuando el vuelo 11 de American Airlines golpeó la Torre Norte.
Hoy, Obama guardará un momento de silencio en la Casa Blanca antes de dirigirse a un acto de homenaje a las víctimas en el Pentágono. «Frente al terrorismo, la manera en que respondemos es importante», dijo el mandatario en su mensaje semanal. «No podemos rendirnos ante quienes nos dividen. No podemos reaccionar de una forma que erosiona el tejido de nuestra sociedad», añadió Obama.
No se espera la presencia en ninguna ceremonia, ni en Nueva York ni en Washington, de quien fuera presidente estadounidense en el momento de los ataques, George W. Bush. Según su gabinete, Bush irá a misa en Dallas, Texas, y luego participará en un acto junto a dos agentes de policía de Nueva York que estaban en la Zona Cero el 11-S. No obstante, tanto Obama como Bush lanzarán mensajes en videos durante los partidos de football americano, cuya liga nacional comienza también este domingo.