Los impulsores del No en el plebiscito que el domingo pasado rechazó los acuerdos de paz en Colombia asumieron hoy un papel central en las discusiones y procurarán convencer al gobierno de que proponga a las FARC un entendimiento con cambios en los puntos que más resistencia despertaron entre la población.
El sacudón que generó el triunfo del No en el plebiscito llevó al presidente Juan Manuel Santos a agendar para mañana reuniones por separado con los ex mandatarios Álvaro Uribe (2002-2010) y Andrés Pastrana (1998-2002), los principales defensores del rechazo a la letra del acuerdo, para dialogar acerca de los pasos a seguir en esta hora de incertidumbre para Colombia, informaron ayer fuentes oficiales.
Tras el ajustado rechazo a un acuerdo aplaudido en todo el mundo, el Gobierno designó además a tres delegados para que se reúnan con otros tres del derechista Centro Democrático (CD), que orienta Uribe, y busquen un acuerdo nacional que permita salvar los casi seis años de negociaciones con la mayor guerrilla de Colombia.
El uribismo aceptó abrir ese canal de diálogo luego de asentar en una declaración pública una pregunta que parece ser clave en el proceso.
«Atendiendo el mandato ciudadano que se expresó claramente por no apoyar los acuerdos suscritos entre el Gobierno Nacional y las FARC, ¿está dispuesto a corregir los puntos en los que ciudadanos del No expresamos preocupaciones?», interrogó el CD en un párrafo dirigido a la administración de Juan Manuel Santos.
El acuerdo nacional, a cuyas negociaciones están invitadas otras fuerzas políticas que apoyaron el No, será buscado sin que las FARC anunciaran formalmente su disposición a introducir modificaciones en el acuerdo firmado en Cartagena de Indias.
A ese punto se refirió la canciller María Ángela Holguín, quien aseguró que será decisión de las FARC si acepta o no reabrir las negociaciones para incluir las propuestas de los promotores del No.
«La decisión de si se abren o no los acuerdos es más una decisión de las FARC porque se cerró el acuerdo y eso fue lo que firmamos el pasado 26 de septiembre, así que la decisión no es del Gobierno», aseguró, y admitió que el Ejecutivo no tenía un Plan B para un eventual rechazo al entendimiento.
Para Holguín, «difícilmente a uno se le puede pasar por la cabeza después de 52 años de guerra que los colombianos le digan no a querer vivir en paz».
Los impulsores del No rechazaron puntualmente los artículos del acuerdo que consideran que abren la puerta a la impunidad a los miembros de las FARC.
El acuerdo recogía un proyecto de Ley de Amnistía que preveía el perdón jurídico para aquellos guerrilleros que no hubieran cometido delitos graves. Quienes hubieran cometido crímenes de lesa humanidad, torturas, abusos sexuales y reclutamiento de menores afrontarían penas privativas de la libertad de hasta ocho años, siempre que reconocieran sus responsabilidades. También se oponen al ingreso de milicianos de la guerrilla en puestos políticos.
El presidente Santos designó para el diálogo con el uribismo a la canciller Holguín; al ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas; y al jefe del equipo negociador, Humberto de la Calle.
La oposición nominó a Óscar Iván Zuluaga, Carlos Holmes Trujillo e Iván Duque. Los tres fueron los jefes de debate en defensa del No en el plebiscito y tienen la investidura de precandidatos presidenciales.
El Presidente, además, expresó que de parte suya existe «toda la voluntad y la determinación» para «llegar pronto a soluciones satisfactorias para todos».
Refiriéndose a los uribistas, dijo que se necesita «actuar con prontitud y poner límites de tiempo, pues la incertidumbre y la falta de claridad sobre lo que sigue pone en riesgo todo lo que hasta ahora se ha construido».
Uribe había sorprendido ayer en el Senado al mostrarse dispuesto a apoyar una amnistía amplia para los guerrilleros de las FARC, pidió protección para los integrantes de esa insurgencia mientras se mantengan en cese del fuego y de hostilidades, y se manifestó a favor de una ley que alivie la situación de los militares condenados por razones del conflicto armado, sin que se llegue a la impunidad.
Hoy, De la Calle se reunió en La Habana con el secretariado de las FARC para analizar los resultados del plebiscito y las consecuencias del rechazo.
La posición de las FARC fue ratificada por miembros de sus cúpulas en la red Twitter: su número uno, Rodrigo Londoño, Timochenko, escribió: «A defender los acuerdos en su letra y espíritu y se agilice su implementación» y Pablo Catatumbo señaló que «los Acuerdos de Paz fueron construidos en intensos debates a lo largo de 6 años; están refrendados por el mundo y por eso la paz no se detiene». Los dos usaron la etiqueta «Vamos por la paz».
Con este cuadro, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda insurgencia colombiana, insistió en abrir la fase pública de los diálogos. «En este difícil momento para Colombia, el ELN reafirma la decisión irrevocable de pasar a la fase pública y cumplir la agenda pactada en marzo», escribió el grupo en su cuenta de Twitter.
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