Las autoridades de Rusia han cifrado este viernes en más de 300.000 el número de personas, entre ellas cerca de 65.000 niños, que llegaron al país huyendo de Ucrania, la mayoría de ellas desde la región del Donbasss (en el este), donde se encuentran las provincias separatistas rusoparlantes Donetsk y Lugansk. Fuentes oficiales citadas por la agencia rusa de noticias TASS indicaron que unas 15.700 personas cruzaron las fronteras durante las últimas 24 horas, lo que sitúa el total por encima de los 300.000. La última cifra que se había dado a conocer más temprano rondaba los 285.000 refugiados, recordó la agencia de noticias Europa Press.
Autoridades rusas detallaron que cerca de 261.000 fueron evacuadas de la región del Donbass desde el 18 de febrero, cuando las autoridades de las dos provincias que se autoproclaman repúblicas populares anunciaron la evacuación de sus territorios. Por su parte, cerca de 40.000 han llegado desde Ucrania a través de puntos de control en las regiones de Belgorod, Kursk y Briansk, además de a través de Crimea, península anexionada en 2014 por Rusia, en una decisión no reconocida por la comunidad internacional. Las mismas fuentes señalaron que las autoridades han abierto 300 centros temporales en 33 regiones para acoger a los refugiados y han dicho que en ellos hay 19.000 personas, incluidos unos 9.000 niños.
El 24 de febrero pasado Rusia lanzó la ofensiva militar en Ucrania bajo la justificación de que el Gobierno de Kiev venía cometiendo crímenes contra los habitantes de Lugansk y Donetsk, que habían celebrado sendos referendos en los que eligieron separarse de Ucrania, país que no les respeta el ruso como idioma, entre otras cuestiones de identidad cultural. En el reclamo, el Kremlin recordó que Ucrania había violado los Acuerdos de Paz de Minsk, de 2014 y 2015, que obligaban a Kiev a darle a esas dos provincias posibilidades de elegir sus propias autoridades regionales.
Por el contrario, desde 2015 hasta antes de la invasión la ONU había estimado en 14.000 el número de muertos causados por los choques militares entre el ejército ucraniano y las milicias populares separatistas. Ucrania, en cambio, afirma que con la invasión militar Rusia pretende arrasar con la cultura y la historia ucraniana y derrocar al presidente Volodomir Zelenski para promover que llegue al poder un dirigente cercano a Moscú. Más de tres millones de personas han salido de Ucrania desde que el presidente ruso, Vladimir Putin, anunciara el 24 de febrero el inicio de una ofensiva militar, según datos de Naciones Unidas, que considera este éxodo el más rápido desde la Segunda Guerra Mundial.
Por otro lado, Rusia entregó hoy unas 100 toneladas de ayuda humanitaria a la provincia ucraniana de Jarkov, ocupada por sus fuerzas en el marco de la invasión. «Los militares rusos, acompañados de policía militar de tránsito, enviaron un lote de ayuda humanitaria de unas 100 toneladas a través del puesto de control fronterizo en la región de Belgorod», señala un comunicado oficial citado por la agencia de noticias Sputnik. Según la nota, la ayuda incluye alimentos para bebés, niños y adultos y medicamentos para los hospitales. El texto indica que la asistencia fue entregada a la población de las localidades liberadas en el distrito de Chuguevsk.