El 55 aniversario del golpe militar reavivó viejas disputas en la sociedad brasileña, al calor del homenaje que el gobierno del ex capitán Jair Bolsonaro y sus camaradas de armas hicieron de aquella dictadura y el enfrentamiento judicial en torno a la celebración en cuarteles y a través de mensajes por Whatsapp. Cientos de miles de ciudadanos poblaron las calles de las principales ciudades del país al grito de «dictadura nunca más», mientras una jueza federal prohibía las reivindicaciones de la asonada militar que dio inicio a una dictadura que se mantuvo 21 años en el poder. Como respuesta, otra magistrada, de una Corte de apelaciones, adujo que «en democracia se deben respetar todas las posturas ideológicas».
Para los manifestantes que salieron a las calles, esta fecha recuerda un día de oprobio para la democracia en el país y no debe ser una jornada para el festejo. «No es una fecha que debe conmemorarse. Es un día de duelo, de violencia, esa brutalidad», señaló a la agencia AFP María Fátima, profesora jubilada de 65 años, que se manifestó en Río.
«Las Fuerzas Armadas participan de la historia de nuestra gente, siempre alineadas con sus legítimas aspiraciones. El 31 de marzo de 1964 fue un episodio simbólico de esa identificación», fue el bando leído en los cuarteles bajo la admonición de las autoridades de un gobierno integrado mayoritariamente por militares, elegido en las urnas aunque con la proscripción de un ex presidente.
En Sao Paulo en otro destacamento se argumentó que las Fuerzas Armadas respondieron al «clamor» popular para frenar una «escalada hacia el totalitarismo», el argumento de los golpistas en un momento clave de la Guerra Fría, a pocos meses del asesinato de John Kennedy y en el marco de la paranoia por la consolidación de la revolución Cubana.
El presidente Joao Goulart, destitiuido aquel día, terminó exiliado Uruguay, luego Argentina y murió en Mercedes, Corrientes, en 1976 de un supuesto síncope cardíaco. Hay indicios de que fue asesinado en el marco del Plan Cóndor.
Bolsonaro, en tanto, viajó a Israel para entrevistarse con el primer ministro Benjamin Netanyahu y anunciar que abrirá oficinas diplomáticas en Jerusalén, aunque no trasladará la embajada. Desde Tel Aviv profundizó su discurso de apoyo a la derecha israelí a días de la crucial elección en esa nación del Medio Oriente.
La ola de protestas que despertó el mensaje de Bolsonaro en favor del golpe llevó al presidente a matizar sus propósitos iniciales. Ahora dijo que los actos que propuso no eran «conmemorar, sino para rememorar».
Sin embargo el gobierno divulgó un video por Whatsapp en el que se dice que «un 31 de marzo el Ejército nos salvó de la amenaza comunista”. Un locutor en off agrega que en ese entonces «desde diarios, radios, TV y principalmente por el pueblo en las calles – pueblo de verdad, padres, madres, iglesia- Brasil recordó que tenía un Ejército Nacional y apeló a él. Fue ahí que la oscuridad gracias a Dios fue pasando a hacerse luz».
El video fue exhibido a través de un canal creado en la época del golpista Michel Temer en un número oficial del Planalto, el Palacio de Gobierno en Brasilia.
Lo fustigaron desde el diario Folha de Sao Paulo, un medio que ya mostró que está en otra vereda de Bolsonaro -aunque no tanto como para apoyar a Lula da Silva- mediante un editorial en que considera que «al insistir en un tono de celebración, el presidente ha demostrado una vez más que es ambiguo acerca de los principios democráticos que afirma defender».
Desde el Congreso, el líder de la bancada del PT en la Cámara baja anunció una presentación judicial para castigar la publicación de ese video que «exalta un golpe que quebró la Constitución, cerró el Parlamento y causó la muerte y prisiones ilegales a millares de brasileños», dijo Paulo Pimenta.
La jueza Ivani Silva Luiz, de la Justicia Federal en Brasilia, había prohibido el viernes que las Fuerzas Armadas cumplieran la orden dada por el Gobierno para conmemorar el aniversario del 31 de marzo de 1964.
Consideró que esa celebración «no es compatible» con el proceso de reconstrucción democrático promovido por la Asamblea Nacional Constituyente de 1987 y por la Constitución de 1988.
Fue la respuesta de la magistrada a un petitorio de la Defensoría Pública de la Unión. El Instituto Vladimir Herzog y la Orden de los Abogados de Brasil (OAB) denunciaron a Bolsonaro ante la ONU por promover la conmemoración del golpe.
Otra jueza, Maria do Carmo Cardoso, del Tribunal Federal Regional I, una Corte de apelaciones, entendió, en cambio, que «la nota del ministerio de Defensa, ampliamente divulgada por la prensa, no trae ninguna connotación o afronta al estado democrático de derecho». Dijo más, dijo que «el estado de derecho democrático está constituido por un pluralismo de ideas».
En Buenos Aires, mientras tanto, y durante su presentación en el Loolapallooza, el músico Caetano Veloso manifestó su repudio al golpe, que lo llevó a exiliarse en Londres durante varios años, y extendió dos carteles con la frase «Dictadura nunca más», que coreaban en las calles los manifestantes. Fue vitoreado por la multitud.