La primera ministra de Suecia, Magdalena Andersson, anunció este miércoles su renuncia al cargo, tras reconocer la derrota de la izquierda y la victoria del bloque de derecha y ultraderecha en las elecciones legislativas.
«El resultado es claro. Mañana presentaré mi dimisión», dijo la premier socialdemócrata y lamentó el hecho de que los liberales y moderados acepten crear una coalición con los democráticos suecos. Los socialdemócratas gobernaron Suecia con pocas interrupciones desde los años 30.
El bloque formado por tres partidos de derecha y el de extrema derecha Demócratas de Suecia (SD) obtuvo «una pequeña mayoría, pero una mayoría así y todo», afirmó Andersson en conferencia de prensa.
«Así que mañana pediré dimitir de mis funciones de primera ministra, y después de eso, la responsabilidad recaerá en el presidente del Parlamento», agregó.
Con el conteo prácticamente ultimado, la derecha en su conjunto obtiene una mayoría escasa en el Riksdag (el Parlamento) y competerá ahora con toda probabilidad al líder de los Moderados, Ulf Kristersson, buscar la formación de un gobierno con el apoyo del partido nacionalista antiinmigrantes de los Democráticos, verdadero vencedor de estas elecciones, en las que se afirma como segundo partido con el 20,6% de los votos.
Según resultados casi definitivos, con más del 99% de los sufragios escrutados, el bloque de derecha y extrema derecha liderado por el conservador Kristersson habría recabado 176 escaños, frente a los 173 obtenidos por el bloque de izquierdas encabezado por Andersson.
«Ahora empieza el trabajo para hacer que Suecia vaya bien de nuevo», reaccionó el líder de los Demócratas de Suecia (SD), Jimmie Åkesson, en Facebook, prometiendo ser una «fuerza constructiva y de iniciativa».
Heredero de una formación neonazi, el partido fundado en 1988 fue normalizándose en el paisaje político sueco y aumentando su representación hasta entrar en el parlamento en 2010 con el 5,7% de los votos. De ahí, ha ido subiendo en cada elección.
Pero aunque el SD es el primer partido de la mayoría de derechas, su líder no es capaz de hacerse con el apoyo de las otras formaciones para convertirse en primer ministro, puesto prometido a Kristersson.