Luego de jornadas donde la tensión por la ocupación de Palestina se incrementó y trepó en una escalada de bombardeos masivos israelíes, Israel y Hamas acordaron una tregua. Los enfrentamientos se desataron cuando se destapó una operación de inteligencia israelí en Jan Yunes, territorio de Gaza. Los choques son los más graves desde que en 2014 fueron asesinados alrededor de 2000 personas entre adultos y menores.
El saldo de los bombardeos de los últimos días es siete milicianos muertos en Gaza mientras que los palestinos lanzaron cientos de misiles que causaron un muerto y algunos heridos. Políticamente, sin embargo, el dato relevante fue la renuncia del ultraderechista ministro de Defensa Avigdor Lieberman, que se opuso al alto al fuego. Lieberman calificó de “una capitulación ante el terror” a la tregua que tuvo a Egipto como mediador.
El primer ministro Benjamin Netanyahu no reemplazará a Lieberman por el momento. Hacia adentro de Israel, los analistas que siguen de cerca la política israelí aseguran que la renuncia de del líder del partido Israel Beitenu (Israel Nuestra Casa) responde a debilitar la alianza de gobierno y obligar al llamado a elecciones anticipadas.
Hamas, que gobierna Gaza desde 2007, tomó la renuncia de Lieberman como una «victoria política», ya que «marca un reconocimiento de derrota y fracaso para confrontar la resistencia palestina». Sin embargo, los partidos ultraderechistas laicos y religiosos están rearmando el tablero en busca de mayor representación en el gobierno, sabiendo que cuentan con el apoyo incondicional de los Estados Unidos.