El ex presidente ecuatoriano Rafael Correa se despidió este martes de sus compatriotas porque viaja a radicarse en Bélgica, de donde es oriunda su esposa, con un mensaje en el que destacó que tras su administración queda un país transformado, pero aún en proceso y cuestionamientos a su sucesor, Lenín Moreno, con quien exhibieron diferencias en los últimos días.
Llegó el día, Patria querida. Debo partir. Dejamos un país transformado pero aún en proceso. Lo sembrado es tanto y tan profundo que no debemos temer por lo efímero que se llevará el viento, remarcó Correa en su cuenta de la red Twitter.
Escribió además que nada de lo mediocre y desleal permanecerá y subrayó que el país ya conoció lo grande, lo correcto, lo bien hecho. El país tiene hoy memoria e inteligencia colectiva. ¡Hasta la victoria siempre!, finalizó.
Correa se quedará un tiempo indefinido en Bélgica, para cumplir con una promesa que, según contó varias veces, le hizo a su esposa, Anne Malherbe, para cuando terminara su gestión al mando del Palacio de Carondelet, del que se fue el 24 de mayo.
Su viaje ha provocado renovadas muestras de apoyo entre sus seguidores más acérrimos y el movimiento Alianza País convocó a una concentración para despedirlo en las afueras del aeropuerto, donde se juntaron con carteles y banderas del oficialismo y con banderas de Ecuador.
Poco antes, el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, aseguró que, aunque con «un cambio de estilo», continúa en el país la «revolución» que enarboló Correa durante una década.
Moreno aprovechó la tradicional ceremonia de cambio de guardia, que cada lunes se realiza en el palacio presidencial, para agradecer a su antecesor y correligionario su trabajo por el país. «A nombre del pueblo ecuatoriano: Rafael que tengas un buen viaje, que Dios te bendiga y que bendiga a toda tu familia», dijo Moreno desde uno de los balcones.