El presidente de Rusia, Vladimir Putin, dio este martes las gracias a los militares que impidieron una «guerra civil» durante la rebelión del grupo paramilitar Wagner, una situación que no condujo, según él, a transferir a Rusia a ningún soldado desplegado en Ucrania.
«Con sus hermanos de armas, ustedes se opusieron a estos disturbios, cuyo resultado habría sido inevitablemente el caos», declaró el líder del Kremlin durante una ceremonia ante militares en Moscú.
En ese sentido, destacó que los militares que intervinieron «preservaron el orden constitucional, la vida, la seguridad y la libertad de nuestros ciudadanos».
«Salvaron a la Patria de conmociones e impidieron de hecho una guerra civil», enfatizó Putin dirigiéndose a los uniformados, según consignó la agencia de noticias Sputnik.
En ese marco, el mandatario ruso pidió un minuto de silencio para los pilotos que murieron a manos de los rebeldes «cumpliendo con honor su deber».
Putin indicó, además, que ni el ejército ni la población rusa apoyaron la rebelión armada del grupo Wagner.
«Las personas arrastradas en el motín vieron que el ejército y el pueblo no están de su lado. Un despliegue rápido y preciso de los cuerpos de seguridad permitió atajar una evolución sumamente peligrosa en el país y evitar víctimas civiles», subrayó.
El jefe del grupo mercenario Wagner, Yevgueni Prigozhin, afirmó lo contrario, y algunas personas en la localidad de Rostov, donde sus combatientes ocuparon el cuartel general militar, los saludaron.
Putin aseguró por último que el ejército ruso no tuvo que desplegar a ningún soldado presente en territorio ucraniano para hacer frente a la rebelión.
«No tuvimos que retirar a las unidades de combate de la zona de la operación militar especial», aseguró, al utilizar el nombre con el que el Kremlin designa la invasión al país vecino.