Se consumó la proscripción de Luiz Inácio Lula Da Silva como candidato a la presidencia de la República Federativa del Brasil. Desde el 24 de enero de este año, cuando el tribunal de apelaciones ratificó la condena en primera instancia y la amplió a 12 años, el petista entró en el encuadre de «ficha limpia», que impide postulaciones a quienes hayan recibido penas en segunda instancia, y esto marcó su exclusión. Los 17 recursos presentados por su defensa fueron cayendo uno a uno, incluso omitiendo el dictamen de la Comisión de DD HH de la ONU, hasta la decisión de bajar su postulación y promover su reemplazo por uno de sus delfines, el exalcalde de San Pablo, Fernando Haddad.
Esto marca un punto de inflexión en la política de Brasil porque implica barajar de nuevo en el escenario electoral. Sobre esto, Raúl Pont, dirigente y fundador del PT (Partido dos Trabalhadores) comenta a Tiempo: «Todo indica que Haddad crece. Estamos trabajando en esa dirección, pero el escenario es muy difícil y complejo. El problema es si será suficiente para ganar en la segunda vuelta. Si bien el incidente dejó a Bolsonaro fuera de campaña, ahora se victimiza en la propaganda y en los medios. A su vez, la derecha tiende a abandonar a Alckmin y fortalecer la tesis de victimización de Bolsonaro. Las otras candidaturas de derecha no despegan. Marina está en caída irreversible. La cuestión que se instala es quién llega a la segunda vuelta para la disputa con la derecha: Haddad o Ciro? Esa es la tendencia más visible por el momento. Nosotros impulsamos a Haddad-Manuela. Y Manu es nuestra gran apuesta». Porque la dirigente comunista suma votos tanto juveniles como femeninos que son refractarios al exmilitar.
Cabe destacar que si bien el establishment logró sacar de juego al principal candidato para la presidencia, sin embargo, no le alcanza para controlar la partida, porque los candidatos del poder no logran instalarse. El tucano Geraldo Alckmin del PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña) no alcanza los 10 puntos y el oficialista Henrique Meirelles del PMDB (Partido del Movimiento Democrático Brasileño) llega apenas al 3 por ciento. Para colmo, por el momento encabeza las encuestas el ultraderechista Jair Bolsonaro del PSL (Partido Social Liberal).
A su vez, el efecto traslado se produce hacia el candidato del PT, porque Fernando Haddad ya está ubicado en segundo lugar y en ascenso, con Ciro Gomes del PDT (Partido Democrático Laborista) que hace meses está estancado en 13 puntos.
Más allá de que Ciro o Marina Silva de Rede podrían ser las alternativas del poder para evitar que el petista llegue a segunda vuelta, el dolor de cabeza es Bolsonaro. Por eso, hay intentos de desgastar en extremo la candidatura de Bolsonaro, y ya salieron denuncias de su exnovia por violencia o hacia su contador por lavado de dinero. También a la de Haddad, reflotando denuncias e incluso promoviendo tensiones al interior del PT, sosteniendo que podría ser un próximo Lenín Moreno, y echando por tierra la idea de «Haddad al gobierno, Lula al poder».