Joe Biden comprobó in situ que la influencia de Estados Unidos en Medio Oriente se redujo estrepitosamente y que sólo le queda una apuesta desesperada: unir su suerte a la de Israel intentando frenar las ansias de venganza del gobierno de Benjamin Netanyahu contra la población de Gaza tras el ataque de Hamas del 7 de octubre y morigerar el rechazo internacional a una escalada bélica en la región.

El avance de China y Rusia sobre ese punto estratégico del globo es innegable y hasta The Wall Street Journal lo destacó estos días en un editorial. El anuncio en marzo pasado del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Arabia Saudita e Irán luego de más de tres décadas de enfrentamientos marcó el peso político que ya tiene Beijing. Cosa que resultó más evidente cuando en la cumbre de los BRICS en Sudáfrica, en agosto pasado, esos dos países –junto con Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía y Argentina– fueron incorporados como miembros. Por si fuera poco, el miércoles concluyó una cumbre que reunió a líderes de 35 países –donde también estuvo Alberto Fernández– para celebrar el décimo aniversario del lanzamiento del proyecto de la Nueva Ruta de la Seda.

Primeros camiones con ayuda humanitaria para Gaza.
Foto: AFP

Ese mismo miércoles, Biden pisó suelo israelí en una gira en la que se proponía reunirse con Netanyahu en Jerusalén y con jefes de estado árabes en Jordania en un intento por mostrar a la Casa Blanca como articulador de una salida para el conflicto. Pero el bombardeo del hospital bautista Al Ahli al Arabi, en Gaza, con la muerte de al menos 500 personas, escandalizó al mundo y tanto el rey jordano Abdalá II como el presidente egipcio Abdel Fattah al Sisi y el titular de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, cancelaron el encuentro programado con Biden. En Riad, el secretario de Estado, Antony Blinken, esperó durante horas en la antesala del despacho del príncipe Mohamed Ben Salman antes de que también le cerraran la puerta en la cara. Todo un símbolo de los tiempos que corren.

En El Cairo, en cambio, comenzó ayer una cumbre denominada «De la Paz» de la que participan representantes de 30 países para tratar la situación en Gaza y encaminar las cosas hacia una solución definitiva de acuerdo a los lineamientos de la ONU. Acudieron líderes de Qatar, Emiratos, Jordania, la Autoridad Palestina, Italia, España, Grecia, Canadá y ministros de exteriores de Francia, Alemania, Gran Bretaña, Japón, Rusia y el Consejo Europeo. «Debemos actuar ahora para poner fin a esta pesadilla y lograr un alto el fuego humanitario», dijo otro de los convocados, el secretario general de la ONU, el portugués Antonio Guterres.

Hospital Al Ahli, destruido pr un misil.
Foto: AFP

En el Consejo de Seguridad se debatió estos días un proyecto de resolución presentado por Rusia que reclamaba un alto al fuego humanitario inmediato, «duradero y plenamente respetado» y la liberación de un acceso sin obstáculos a la franja de Gaza. La iniciativa fue vetada por Francia, el Reino Unido y EE UU, cuya embajadora, Linda Thomas-Greenfield, alegó que el texto no había sido consultado y no mencionaba a Hamas, grupo al que los países occidentales identifican con Rusia.

De todas maneras, este sábado los primeros 20 camiones con «ayuda humanitaria» ingresaron a Gaza por el sur, a través del puesto de control de Rafah, en el límite con Egipto, según informa AFP. La agencia Europa Press, por su lado, citó al portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, avisando que no permitirán el tránsito de los vehículos hacia el norte de la Franja. El gobierno de Netanyahu emitió la semana pasada una orden para que los gazatíes que están en ese sector del enclave se vayan para que ingresen sus tropas. Desde hace dos semanas, el bloqueo sobre Gaza es total: no tienen agua, electricidad, combustibles ni les llegan alimentos ni medicinas.

El bombardeo del hospital habría sido una muestra de hasta dónde está dispuesto a ir el gobierno, aunque la versión oficial de Israel es que se trató de la explosión de un cohete de la Jihad Islámica Palestina. Corresponsales de las cadenas MSNBC, CNN y la BBC desmienten a las autoridades israelíes, lo mismo que periodistas de Al Jazzera. El gabinete israelí ordenó el cierre de las operaciones del canal qatarí y prohibió que los proveedores de cable mantengan la señal en sus redes. Por otro lado, hubo un orden de evacuación previa que los responsables del hospital que no pudieron cumplir porque había enfermos que no podían ser trasladados. Al menos 1400 israelíes murieron en los ataques registrados el 7 de octubre, mientras que las represalias ya causaron 4385 víctimas fatales en la Franja de Gaza. La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Medio Oriente (Unrwa) estimó en 1,4 millones de personas desplazadas por los bombardeos. Algo más de medio millón se encuentran en dependencias a cargo de la Unrwa. «Han llegado a nuestras instalaciones de la ONU en busca de seguridad y protección», dijo el comisionado general de esa organización, Philippe Lazzarini. Este viernes, la Media Luna Roja Palestina advirtió sobre una orden de evacuación para el hospital Al Quds. «Llamamos a la comunidad internacional a actuar con urgencia, evitando otra catástrofe», dijo en un comunicado.

Las defensas en un kibutz
Foto: AFP
Rehenes liberadas

El movimiento Hamas liberó este viernes a dos mujeres de nacionalidad estadounidense que habían sido tomadas como rehenes en el kibutz Nahal Oz. Judith y Natalie Raanan, residentes en la localidad de Evanston en Chicago, habían sido secuestradas junto con casi dos centenares de personas durante la incursión del 7 de octubre y llevadas a Gaza para lo que sería un intercambio por presos palestinos alojados en cárceles israelíes.

El portal de The Times of Israel destaca que «funcionarios citados por varios medios de comunicación hebreos enfatizaron que la decisión de Hamás se tomó unilateralmente y que Jerusalén no ofreció nada a cambio». Pero analistas occidentales evaluaron que puede haberse tratado de una negociación mantenida en secreto con el gobierno de Joe Biden, que estaba en el país en ese momento, como un gesto que si bien no implica la devolución de detenidos gazatíes, si puede haber tenido su peso para que la Casa Blanca presionara para que Netanyahu descartara una invasión a Gaza como algunos de los miembros de su gabinete de ultraderecha le reclaman.

De hecho, la tan anunciada incursión el territorio de Gaza se demora, mientras en varias ciudades europeas y hasta en Australia se extienden manifestaciones en favor de Palestina que no sólo acusan a Israel del ataque al hospital sino que exigen poner punto final a la ocupación de territorios tomados desde 1967. Pero también en Europa se produjeron varios incidentes y varios aeropuertos recibieron amenazas de bombas. Sólo en Alemania se reportaron 1100 casos.