La ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México Claudia Sheinbaum fue proclamada como candidata del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) gobernante para las elecciones presidenciales de 2024, en las que se medirá con Xóchitl Gálvez, la postulante de la oposición unificada, por lo que por primera vez en su historia México tendrá una mujer al frente del Poder Ejecutivo.
Sheinbaum se impuso en un sistema de encuestas -idéntico procedimiento al que resolvió la candidatura opositora, utilizado por primera vez en la historia electoral mexicana- en la que aventajó a tres dirigentes de su partido y otros dos de fuerzas aliadas, todos varones.
La elección de la candidatura en Morena
La proclamación tuvo lugar en un clima inesperadamente tenso, luego de que su principal competidor, el excanciller Marcelo Ebrard, reclamara pocas horas antes que se repitiera la encuesta debido a que tenía “evidencias” de irregularidades.
La exgobernadora de la capital obtuvo entre 36,6% y 41,1% en los cinco sondeos, cuyos resultados fueron informados por separado, seguida por Ebrard, con entre 25,0% y 26,4%; el exsecretario de Gobernación Adán López, con entre 10,0% y 12,2%, y el senador Gerardo Fernández Noroña, con entre 9,3% y 12,2%.
Más atrás se ubicaron el exgobernador Manuel Velasco, con entre 6,3% y 8,6%, y el senador Ricardo Monreal, con entre 5,4% y 6,5%, según leyó el presidente del Consejo Nacional de Morena y gobernador del estado Sonora, Alfonso Durazo, según la transmisión en vivo de Milenio TV.
El tramo final del escrutinio -efectuado mismo- entró en un sorpresivo cuestionamiento por parte de Ebrard.
“Ayer y hoy hemos encontrado, por desgracia, en el proceso de la encuesta en curso, en las urnas, en las boletas, evidencias en una proporción superior y por eso se tardó tanto todo el proceso; nosotros afirmamos que esto debe reponerse, ya no tiene remedio”, dijo el excanciller en conferencia de prensa.
Ebrard sostuvo que “de 2.360 cuestionarios aplicados, hubo 310 con incidencias, lo que equivale a más de 10% de la muestra y convierte a la cifra en algo preocupante”, por lo que “puede ser muy cuestionable el resultado entonces”, según el diario mexicano El Universal.
A media tarde, los representantes de Ebrard abandonaron el recinto donde se llevaba a cabo el conteo. “Nos salimos, vamos a tener una reunión, se va a impugnar el proceso”, advirtió uno de los coordinadores de la campaña de Ebrard, Alberto Esteva, al dejar las oficinas instaladas en el edificio del World Trade Center, en la Ciudad de México.
A la vez, el propio candidato anunció que no asistiría al acto de proclamación y, junto a su esposa, dejaron el hotel en el que estaban siguiendo el escrutinio.
Paralelamente, el excanciller denunció que otra de sus coordinadoras de campaña, Martha Micher, fue golpeada por policías de la capital, por lo que tachó de “cobardes” a los dos principales dirigentes de Morena, pero el incidente fue desmentido por varios de sus competidores y por otros dirigentes del partido gobernante.
También la mayoría de sus contendientes por la candidatura negó o minimizó las irregularidades planteadas por Ebrard, quien convocó a sus militantes a una “asamblea nacional” para el lunes próximo, “para revisar la ruta a seguir en relación con el proceso” electoral de 2024, según el diario Milenio.
El diario madrileño El País informó que en un “encuentro privado”, Ebrard advirtió: “No nos vamos a someter a esa señora (por Sheinbaum), no vamos a tolerar a una dirigencia que nos haga esto”.
Por ese motivo, el periódico especuló con que “el excanciller abrió la puerta a su salida del partido”, posibilidad que fue descartada poco después por Micher.
“No nos vamos a ir de Morena, somos parte de esta familia, somos orgullosamente ‘morenos’, somos felices en este movimiento, pero hay diferencias al interior de la familia”, dijo la coordinadora de campaña en declaraciones a la prensa.
Las elecciones presidenciales de 2024 se decidirán por primera vez entre dos mujeres, ya que la oposición designó a Gálvez, investida oficialmente el domingo pasado tras haber dominado las elecciones internas del Frente Amplio formado por los tradicionales Partido Acción Nacional (PAN, conservador, al que pertenece la postulante), Partido Revolucionario Institucional (PRI, de centro) y Partido de la Revolución Democrática (PRD, de centroizquierda).
El anuncio de los resultados de la encuesta era esperado como una prueba de unidad para Morena, favorito para los comicios de 2024, mayoritario en el parlamento y gobernante en 23 de los 32 estados mexicanos.
El presidente Andrés López Obrador remarcó el martes no haber “inclinado la balanza” a favor de ningún aspirante, y descartó que vaya a producirse una ruptura en Morena, pues los seis precandidatos son “personas muy responsables” que “luchan por una transformación” y “no son ambiciosos vulgares”, según la agencia de noticias Europa Press.
Esta es la primera vez en la historia de México en que las candidaturas se definen por el mecanismo de la encuesta, por el que se sondea la preferencia de la población sobre los candidatos para las elecciones presidenciales.
El duelo entre Sheinbaum y Gálvez no solo implica que México será gobernado desde diciembre del próximo año por una mujer por primera vez desde su independencia en 1821, sino será también un choque de orígenes, personalidades y estilos.
La candidata
Nieta de abuelos judíos provenientes de Bulgaria y Lituania, Sheinbaum exhibe un talante reservado y prudente, sin carisma, según sus adversarios.
“Soy hija del 68”, dice la exalcaldesa, quien reivindica la herencia de las luchas sociales y no haber pertenecido jamás al PRI, el viejo partido hegemónico durante 70 años en el siglo XX.
Procedente de la burguesía intelectual capitalina, Sheinbaum promete continuar las políticas de López Obrador, limitado a un único mandato de seis años, según la Constitución.
En nombre de Morena, afirma que defenderá a los más pobres y a las comunidades indígenas, y celebra los buenos resultados macroeconómicos del actual gobierno, tales como la fortaleza del peso mexicano.
Vestida a menudo con prendas de tradición indígena, Gálvez es originaria de un pueblo del estado central Hidalgo.
Xóchitl (flor, en idioma náhuatl), que nació en una familia pobre, de padre indígena otomí y madre mestiza, es ingeniera y emprendedora exitosa, y tampoco duda en salpicar sus discursos de exabruptos.
“Mi regla de oro: no quiero rateros, ni huevones, ni pendejos”, repitió el lunes, al día siguiente de su designación, y agregó que combatirá la violencia con “ovarios”.
Gálvez retó además a Sheinbaum a hacer campaña por sí misma, sin ayuda del presidente.
“Ella (Sheinbaum) puede sola, que le diga: ‘usted dedíquese a gobernar y déjeme ser la candidata’”, dijo.
Políticamente, Gálvez se declara liberal y progresista, sintetizando el ideario de los tres partidos que la respaldan: el liberalismo económico del PAN, el ideal de justicia social del PRD y la herencia institucional del PRI.
“Conmigo, no habrá vuelta atrás a los derechos ganados, tanto de la comunidad LGBTQ y de las mujeres”, prometió.