La ONU anunció que Arabia Saudita integrará durante cuatro años la Comisión de Derechos de la Mujer, un cuerpo intergubernamental dedicado a promover la igualdad de género. Como era de esperar, la designación generó una fuerte polémica ya que la monarquía islámica tiene uno de los peores registros en relación al trato de las mujeres, según el Informe de la Brecha de Género del Foro Económico Mundial 2016.
Las mujeres saudíes están privadas de derechos básicos como el trabajo, la conducción, la elección de su pareja para contraer matrimonio.
Otras de las formas «cautivas» tiene que ver con la dependencia en relación a la salida de la casa: salir de compras o pedir un servicio sanitario. En relación al tratamiento del cuerpo personal, la vestimenta es otro de los puntos a considerar porque las prendas de vestir pueden ser consideradas como «provocativas». De este modo, deben cubrir el cabello, el cuello y con la burka negra taparse todo el cuerpo hasta los pies.
La supervisión de la ONU United Nation Watch en boca de su director ejecutivo lo declaró de este modo: «Elegir a Arabia Saudita para proteger los derechos de las mujeres es como elegir a un pirómano para encabezar el servicio de bomberos de la ciudad», destacó Hillel Neuer citado por el diario británico The Independent.
Por otro lado, calificó a Arabia Saudita como «el régimen más misógino del mundo». En su opinión, ese nombramiento «ha decepcionado a millones de mujeres en todo el mundo que buscan protección en la organización internacional».
De acuerdo con el último informe sobre la brecha de género del Foro Económico Mundial, Arabia Saudita ocupa el puesto 141 entre los 144 países analizados, siete por debajo del año anterior y sólo por delante de Siria, Pakistán y Yemen.
Sin embargo, en la presentación realizada para solicitar su incorporación a la Comisión, este país manifestó su apoyo total al «empoderamiento de la mujer» en todos los niveles, permitiéndoles alcanzar «una serie de logros» a nivel local e internacional, lo que generó análisis sobre la ironía de la decisión.
Además, no sólo se descarta que la ley islámica por la que se rige el país, llamada sharia, limite o prive el acceso de las mujeres a sus derechos, sino que garantiza la igualdad de género, al tiempo que asegura que «la ley saudita no distingue entre hombres y mujeres».
La decisión de incluir al país en esta Comisión de la ONU no podría haber llegado en un momento más irónico, ya que a principios de este mes de abril, Dina Alí, una mujer saudita de 24 años que huyó de un matrimonio forzado rumbo a Australia para buscar asilo, fue devuelta a la fuerza a Arabia Saudita por las autoridades filipinas. La joven blogueó que su propia familia la mataría en casa por haber huido. El tío de Dina Alí viajó a la capital de Filipinas, Manila, y la llevó obligada de vuelta a Riad y por el momento no se sabe mucho de su destino, salvo lo informado por la agencia de noticias Bloomberg que indicó que la joven se encuentra en un centro de detención para mujeres menores de 30 años y todavía no ha enfrentado cargos.
Debido al abuso por parte de los hombres fueron registradas numerosas huidas de mujeres saudíes. Para prevenirlo, los hombres saudíes recurren a varios dispositivos para controlar y rastrear todos los movimientos de las mujeres, incluso si estas intentan marcharse del país.
Dada la situación en Arabia Saudita sobre la igualdad de género, puede parecer poco real que una monarquía tan conservadora se encargue de velar y proteger los derechos de la mujer en todo el mundo. Pero no irreal ya que a partir de 2018 Arabia Saudita asumirá sus nuevas responsabilidades ante la comunidad internacional.