Los anuncios del gobierno Temer incluyen recortes a los derechos y programas sociales para adaptarlos a las necesidades e intereses del gran capital. Antes de que una dominación racional-burocrática, al decir de Weber, opera como una de tipo patrimonialista, confundiendo el patrimonio público con el privado. Esta gestión neoliberal globalizante pretende privatizar todo lo que pueda, gestionar parte del Estado con ejecutivos de grupos corporativos privados y financiar el presupuesto con impuestos al consumo y el endeudamiento, pero costeado por los menos pudientes. Estos advenedizos cuadros gubernamentales nos recuerdan a una camarilla corporativa predadora que se apropia del Estado, antes que a los administradores gubernamentales que cumplen un rol arbitral.
Pruebas al canto. El derecho a la alimentación será punido con el recorte al programa Bolsa Familia creado por el gobierno Lula.
El SUS (Sistema Único de Salud), derecho de todos y deber del Estado, el cual pese a sus falencias se expandió durante la gestión del Partido de los Trabajadores, ahora sufrirá severas restricciones presupuestarias.
El derecho a la educación (Constitución 1988, art. 212),que recibía el 25% de los ingresos tributarios de los estados y municipios y el 18% de los nacionales, sufrirá un recorte de hasta un 30% de los ingresos impositivos de la Nación, estados y municipios.
La justicia del trabajo, creada por Vargas (1941),por su lado, experimentó el recorte presupuestario más duro en el seno del poder judicial. Incluso algunos juzgados atienden menos horas para disminuir los gastos de la factura eléctrica. Esto no es casual, en momentos de precarización y despidos laborales, los trabajadores ven cerrado el camino del acceso a la justicia.
La reforma previsional, a su vez, pretende aumentar el tiempo de contribución del aportante y la edad para jubilarse, así como reducir el ingreso de los jubilados y pensionados.
Como si esto fuera poco, el ministro de Justicia Alexandre de Moraes declaró que las protestas sociales contra el impeachment son actos guerrilleros.
En sus comunicaciones, el gobierno no habla de los impuestos a la herencia y a las grandes fortunas, pese a que ellos figuran (arts. 153-55) en la Constitución de 1988.
Al igual que en la Argentina, los más ricos no pagan o eluden total o parcialmente el pago de sus impuestos e invierten sus lucros no declarados en paraísos fiscales. No solventan los gastos presupuestarios de su país y la solución que proponen es el endeudamiento en los mercados financieros y el disciplinamiento social.
A todo esto, la resistencia continúa en las calles y centros universitarios de ciudades del Brasil y la pregunta es si el gobierno de Temer podrá llevar adelante sus anuncios.
Consultada sobre cómo solucionar el asfixiante avance del neoliberalismo en el mundo y particularmente en su país, la insigne economista brasileña María da Conceicao Tavares expresó: en las ruas.