Tal como se preveía, la labor del flamante presidente de Colombia, Gustavo Petro, es muy intensa y significativa, al tiempo que cumple varias de las promesas de la campaña. Por caso, en las últimas horas, el primer dirigente de izquierda en llegar al poder colombiano nombró una nueva cúpula militar y policial a la que le encargó «el incremento sustancial del respeto a los Derechos Humanos y las libertades ciudadanas». Al mismo tiempo, esta semana se realizó la primera reunión entre el gobierno y las ex Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC) para avanzar en la implementación del Acuerdo de Paz.
Petro había prometido reformas en las fuerzas de seguridad cuestionadas por reiterados excesos en las protestas antigubernamentales. Así, como comandante asumirá el general Helder Fernan Giraldo, un militar de 55 años que estuvo encargado de las operaciones en la violenta frontera de 2.200 kilómetros con Venezuela, el general Luis Mauricio Ospina hará lo propio en el Ejército y el general Luis Carlos Córdoba en la Fuerza Aérea. El general Henry Armando Sanabria dirigirá la Policía y el vicealmirante Francisco Hernando Cubides comandará la Armada.
La clave para entender estos nombramientos es que la nueva cúpula tendrá como prioridades «la disminución de la violencia, la criminalidad y el incremento sustancial del respeto a los Derechos Humanos y a las libertades ciudadanas», dijo el mandatario, que asumió el domingo pasado. Durante la campaña, había acusado a miembros de la antigua cúpula militar de estar aliados con el Clan del Golfo, la mayor banda narco del país. «En esta toma de decisiones siempre hay grados de injusticia, no voy a decir que son decisiones perfectas», admitió Patro en conferencia de prensa al ser cuestionado sobre la salida masiva de generales de mayor antigüedad.
Por otra parte, al mismo tiempo comenzaron las reuniones para avanzar en una implementación de los Acuerdos de paz, una de las banderas del nuevo gobierno. Y a su vez anunció que retomará el diálogo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), tras reunirse en Cuba con una delegación de la guerrilla para avanzar en las negociaciones de paz. La comitiva colombiana estuvo encabezada por el flamante canciller, Álvaro Leyva.
El senador Carlos Antonio Lozada aseguró que rápidamente se definió una hoja de ruta de lo que serían los puntos más importantes para avanzar. “Hicimos un análisis general de cómo se encuentra la implementación del acuerdo y transmitirle al gobierno nacional cómo debería ser de aquí en adelante”, dijo, al tiempo que explicó que se requiere un “relanzamiento del proceso, de acuerdo a la visión que tenemos nosotros de lo que fue la implementación o mejor, la no implementación en el transcurso de estos últimos cuatro años”. Sobre la posibilidad de que las ex FARC apoyaran futuros diálogos entre el gobierno y otros actores armados, Lozada aseguró que está la voluntad de aportarle a la paz de este país, “donde se nos convoque”.
Y otra de las medidas que tomó Petro en los últimas horas fue haber iniciado una campaña para eliminar gastos innecesarios en el Estado y pidió a sus 19 ministerios iniciar la tarea de terminar con «nóminas paralelas» en las diferentes instancias del Gobierno nacional. «He dado la orden en Consejo de ministros de desmantelar todas las nóminas paralelas que existan en las entidades públicas y de eliminar todo gasto suntuario o superfluo», escribió Petro en su cuenta de Twitter, aludiendo a personas contratistas en las carteras y entidades descentralizadas que pertenecen al Ejecutivo, y, según expertos en administración pública, «muchas veces duplican funciones». «