La censura legislativa y posterior restitución de un ministro clave de Luis Arce vuelve a ensanchar las fisuras que se vienen produciendo dentro del partido que gobierna en Bolivia, el MAS-IPSP, entre el núcleo más duro de los «evistas», y los alineados con el presidente, con acusaciones mutuas de «traición» y corrimiento de las políticas de base del movimiento. A diferencia de cruces anteriores, el propio Evo Morales se involucró públicamente en el debate y le planteó al «compañero Lucho (por Arce)» que «tiene que mejorar su gabinete». Lo hizo el viernes en la ciudad de Sucre, en un encuentro de «evaluación y coordinación para construir la agenda Post-Bicentenario», frente a dirigentes departamentales. Algunos de ellos, como el local Hernán Ayllón y el presidente de la dirección departamental, Reynaldo Cruz, ya lo proclamaron candidato a presidente para 2025.
La cúpula del MAS cuestiona algunas políticas de gobierno «liberales» de Arce y la participación de algunos ministros que no seguirían el lineamiento partidario. Según se recordó en el acto, en la última reunión del ala denominada «radical», se decidió pedir a Arce mejorar su gestión comenzando por su gabinete.
Disputas internas
La tensión aumentó después de que Arce volviera a poner en funciones a su ministro de Gobierno, Carlos Eduardo del Castillo, a quien sectores acusan de corrupción y vínculos con el narcotráfico.
El martes, 144 diputados y senadores reunidos en Asamblea Plurinacional sancionaron su remoción, con 101 votos afirmativos, en una interpelación convocada para tratar un caso de «tráfico de vehículos robados». La aprobación fue facilitada por un grupo de «evistas» que votó junto a partidos de derecha opositores, como Creemos de Luis Fernando Camacho y Comunidad Ciudadana (CC) de Carlos Mesa. Frente a ello, los jefes de bancada del MAS denunciaron «un acto de traición al pueblo» por parte del evismo, además de una alianza con quienes en 2019 fueron los «verdugos y golpistas». El diputado del MAS, Juan José Huanca, señaló que «han olvidado las masacres, se han aliado con Camacho, con nuestros verdugos, con esa gente que nos ha reprimido, que nos ha perseguido, que ha masacrado a nuestros hermanos campesinos, transportistas y gremialistas, eso es lo que han olvidado».
Arce restituyó a su ministro el jueves y en el acto aseguró que la posesión respeta la Constitución, atiende el mandato popular y responde a quienes buscan «trabar» la gestión y «olvidaron» el golpe de 2019. El ministro también calificó de traidores a los asambleístas que respaldaron su censura.
Evo, sin red
«Que el digno pueblo boliviano juzgue. Hago responsable al ministro censurado y ratificado inconstitucional e ilegítimamente de cualquier atentado contra mi vida o integridad física. La militancia del MAS-IPSP es testigo de las amenazas, mentiras y ataques en nuestra contra. Sólo faltó que Del Castillo muestre las esposas como hacía Arturo Murillo. El MAS-IPSP nunca claudicará en su lucha contra la corrupción y protección al narcotráfico. Como en tiempos neoliberales, la derecha busca atentar contra el instrumento político del pueblo», expresó Evo en redes sociales.
Asímismo varias organizaciones respaldaron la decisión presidencial. Incluso Arce dobló la apuesta al día siguiente, en un acto junto a la Confederación Nacional de Transporte Libre de Bolivia, que le manifestó su apoyo. «Jamás traicionaremos la lucha y sangre derramada por el pueblo boliviano en defensa y recuperación de la democracia», señaló el presidente.
La crisis interna partidaria viene por lo menos desde principio de año. Evo asegura que hay un plan para apartarlo del partido, censurar su participación, e incluso atentar contra su vida.
Evo y sus seguidores acusan a algunos miembros de gobierno de «neoliberales», de corruptos y de proteger a los narcos. También de alinearse con un discurso hegemónico impuesto desde el norte. Por ejemplo, se criticó al ministro de Obras Públicas, Édgar Montaño, por sus opiniones negativas contra Cuba y Venezuela. A Del Castillo le achacan haber convocado a la DEA para abordar una investigación por narcotráfico. «
Boric se reúne con comunidades indígenas por el litio
El presidente de Chile, Gabriel Boric, se reunió con comunidades indígenas del norte de Chile para discutir la Estrategia Nacional del Litio planteada para la explotación en salares del metal clave en el desarrollo energético del futuro inmediato. La estrategia contempla una asociación pública-privada para la explotación, en la que el Estado tomará el control de todo el proceso en distintos salares ubicados en el norte del país.
«Uno no puede asegurar que no va a haber ningún tipo de afectación. El tema es que todos los impactos sean conversados, con perspectiva de sostenibilidad», reconoció el presidente Boric tras la reunión con representantes de los pueblos indígenas Atacameño, Colla, Quechuas y Ay-mara.
El encuentro se realizó el viernes en la región de Atacama, a 1600 kilómetros de la capital chilena, cerca del salar de Atacama, el único lugar donde por medio de un sistema de concesiones dos empresas privadas explotan el litio de Chile, que es el segundo productor mundial de este metal ligero.
«Desde que nuestros antepasados comenzaron a habitar el gran salar siempre velaron por la protección del ecosistema. Nosotros no somos un lugar de sacrificio», afirmó Vladimir Reyes, presidente del Consejo de Pueblos Atacameños, en una entrevista al diario La Tercera.
Chile produce el 34% del litio en el mundo y se estima que tiene el 36% de las reservas del plane-ta, clave en el objetivo de varios países de alejarse de los combustibles fósiles ante la crisis climá-tica