El anuncio del presidente electo uruguayo, Luis Lacalle Pou, que busca flexibilizar las imposiciones fiscales para bienes inmuebles o en inversiones para que ciudadanos argentinos fijen domicilio legal en el país oriental trajo repercusiones puertas adentro. “En vez de traer 100 mil cagadores argentinos, preocupémonos de que los nuestros inviertan acá”, dijo de manera filosa Mujica en una entrevista que publicó el diario El Observador.
Las palabras del expresidente uruguayo no apuntan a una crítica a los argentinos como algunos medios buscan instalar, sino a evitar que su propio país vuelva a ser considerado un paraíso fiscal por la comunidad internacional. La Unión Europea quitó en marzo de 2019 a Uruguay de su lista “negra” de paraísos fiscales, esto fue considerado un logro de los 15 años de gobierno frenteamplista.
Mujica agregó a su frase polémica que primero hay que fomentar las inversiones de sus propios ciudadanos: “Tenemos unos 24 mil millones de dólares desparramados por el mundo. ¿Por qué no intentamos que una parte de esa plata venga para el país?”.
El actual ministro de Economía Danilo Astori previamente se había sumado a la ola de críticas a Lacalle Pou: “Está proponiendo retroceder a tiempos que Uruguay superó hace bastante, suscribiendo acuerdos internacionales de intercambio de información y de combate al lavado de activos y a todos los delitos organizados que están asociados al lavado de activos”.
El aumento en Argentina del impuesto sobre Bienes Personales, que tendrá una proporcional mayor para los bienes que estén fuera del país, hizo que muchos empresarios argentinos que se acogieron al blanqueo del gobierno de Mauricio Macri ya comenzaron a realizar averiguaciones.