Madrid
La militancia del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) eligió como secretario general a Pedro Sánchez, que obtuvo una contundente victoria sobre los otros dos candidatos en liza y volverá a ocupar el puesto que ya ostentó entre julio de 2014 y octubre de 2016, cuando dimitió tras una fuerte crisis interna.
Los datos del escrutinio definitivo ofrecidos por el partido señalan que el 50,2 % de los 187.831 militantes socialistas que participaron en este proceso decidieron otorgar su confianza a Sánchez. En segundo lugar quedó Susana Díaz con el 39,9 % de los votos y la tercera posición fue ocupada por Patxi López con un 9,86 por ciento.
De esta manera, Pedro Sánchez retoma el poder de la formación socialdemócrata gracias al impulso de la militancia después de que los órganos ejecutivos del partido le retirasen su confianza y forzasen su dimisión en octubre del año pasado.
La crisis que forzó la dimisión de Sánchez se derivó de la división interna en torno a si los socialistas debían abstenerse para permitir que el conservador Mariano Rajoy pudiera formar gobierno o si debían explorar las posibilidades de formar un gobierno alternativo en coalición con fuerzas de izquierda y nacionalistas. Finalmente se impuso el sector favorable a la abstención liderado por Susana Díaz y Sánchez, además de dimitir de sus cargos orgánicos, renunció a su acta como diputado.
La primera etapa de Sánchez al frente del PSOE dejó como nota destacada y como principal mancha en su currículum que el partido, presionado por la irrupción de nuevas formaciones políticas como Podemos y Ciudadanos, cosechó los peores resultados de su historia en unas elecciones generales en dos ocasiones consecutivas.
Además, Sánchez se convirtió en el primer político en la historia de la democracia española que no consiguió el apoyo del Congreso de los Diputados tras ser elegido por el Rey como candidato para la investidura como presidente del Gobierno.
Construcción de alternativas
El proyecto encabezado por Sánchez en estas primarias socialistas hizo especial hincapié en señalar al conservador Partido Popular de Rajoy como principal enemigo del PSOE y abogó, aunque sin hacer ninguna oferta explícita a Unidos Podemos, por trabajar para la construcción de alternativas.
«El socialismo democrático español tiene dos adversarios: uno ideológico, el neoliberalismo, y otro político, el Partido Popular, frente a los que el PSOE tiene que construir una nueva alternativa», reza el programa presentado por el equipo de Sánchez para estas elecciones.
Más allá de esta declaración de intenciones, entre las propuestas por Sánchez destaca su proyecto para implantar un modelo territorial que reconozca a Cataluña como «nación cultural» y que permita desarrollar el «carácter plurinacional de España».
No obstante, las posiciones de Sánchez siguen estando bastante alejadas de las peticiones de los partidos nacionalistas catalanes, lo que puede dificultar su entendimiento con los mismos de cara a cualquier eventual medida destinada a tumbar al Gobierno de Rajoy.
Sánchez avanzó en repetidas ocasiones que una de las prioridades de su hoja de ruta política será pedir la dimisión de Rajoy y no descartó promover una moción de censura si existe una mayoría capaz de apoyar esa medida. Sin embargo, el nuevo secretario general del PSOE avanzó que no apoyará la moción de censura presentada el pasado viernes por Podemos, pero no descarta presentar una en los próximos meses.
Reconstrucción interna
La vuelta de Sánchez a la secretaría general de un partido muy polarizado y que le retiró su apoyo a nivel orgánico hace unos meses abre la puerta a que algunas de las caras con más presencia a nivel político y mediático del PSOE den un paso atrás o directamente opten por la dimisión.
En ese sentido destaca la decisión tomada por el portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, Antonio Hernando, una de las principales caras del partido en los últimos meses, que este mismo domingo comunicó a la dirección interina su intención de dimitir tras la victoria de Sánchez.
A falta de conocer cuál será la composición de la próxima ejecutiva del partido, los dos candidatos derrotados, Susana Díaz y Patxi López, reconocieron la victoria de Sánchez y abogaron por trabajar en favor de la unidad para preservar la relevancia política del partido más antiguo de España.