Masacres que no se detienen, actuación descontrolada de grupos paramilitares y la histórica deuda del Estado por implementar en su totalidad lo establecido tras el acuerdo de Paz de 2016 siguen sumergiendo a Colombia en una inacabable espiral de violencia: 1286 líderes sociales fueron asesinados desde la firma en La Habana y hasta finales del año pasado, la amplia mayoría de los crímenes (888) ocurrió durante la presidencia de Iván Duque. Sumando lo relevado por la institución en los pocos días de 2022, la cifra total alcanza los 1293 asesinatos. Solo durante 2021, el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) registró 171 asesinatos a referentes populares y del campo social. La cifra es inferior a la registrada años anteriores, pero no muestra una tendencia a la erradicación de este mal endémico.
En su reciente informe, tomando fuentes de diversos organismos, Indepaz afirma que además de los 171 líderes y lideresas, fueron asesinados 48 firmantes del proceso de paz y se cometieron 96 masacres que produjeron 335 víctimas, entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2021. Según este trabajo, el 31% de los crímenes se perpetraron en el tumultuoso departamento de Cauca.
El caso llegó a preocupar al secretario General de ONU, Antonio Guterres, quien se manifestó preocupado por “los obstáculos y las amenazas inminentes para la consolidación de la paz (…) especialmente la persistencia de la violencia y la presencia de grupos armados ilegales en las zonas priorizadas para la implementación del Acuerdo Final”. Guterres destaca algunos aspectos en los que se logró avanzar, pero la tendencia negativa es necesario revertirla. “Se requerirán acciones mucho más sostenidas y efectivas”, advierte.
De igual forma, el responsable de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, Ruiz Massieu, alertó ante el Consejo de Seguridad sobre los riesgos para el Acuerdo de Paz si persiste la violencia contra exguerrilleros, y exhortó a reforzar su protección. «Aunque reconozco que se han reducido los asesinatos en comparación con el año anterior» pero «se necesita que se hagan todos los esfuerzos para proteger» a los 13.000 guerrilleros que han depuesto las armas en Colombia, expuso durante el examen trimestral que se realiza sobre los avances del Acuerdo de Paz con la exguerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
Indepaz también denunció un nuevo crimen, el del joven Breiner David Cucuñame, guardia indígena de 14 años y defensor de la «Madre Tierra», que murió en un ataque a tiros en el Suroeste de Colombia. El joven fue asesinado cuando realizaba labores de vigilancia junto a otros indígenas, todos desarmados y apenas portando bastones. Según denunció la comunidad Nasa, hombres abrieron fuego contra la guardia indígena en un paraje rural del municipio de Buenos Aires, en el departamento del Cauca. La inseguridad se viene agravando también en regiones como Arauca, donde siguen actuando el Ejército de Liberación Nacional y grupos disidentes de las FARC-EP, lamentó Massieu. Esta semana se registraron diversas situaciones de violencia, entre ellas un ataque de coche bomba Arauca y otro contra una patrulla militar en Antioquia, según recordó el responsable local de la Misión de Verificación de la ONU.
¿Betancourt, escollo para Petro?
Las presidenciales en Colombia serán el 29 de mayo. Hace unas horas Gustavo Petro y Francia Márquez, los integrantes de la alianza que, según sondeos, puntean en intención de voto para las internas inscribieron oficialmente sus postulaciones. Claro que hubo otro anuncio que hizo ruido: Ingrid Betancourt se presentará como precandidata a presidenta por una coalición de centro liberal, y buscará horadar el caudal electoral que está cosechando Petro. La política colombo-francesa, que estuvo secuestrada seis años por la guerrilla en la selva, lanzó esta semana su aspiración 20 años después de haber sido tomada como rehén. «Voy a trabajar desde este instante sin descanso, de sol a sol, para ser su presidente», afirmó en Bogotá la dirigente del partido Verde Oxígeno. Con 60 años y radicada en el exterior tras su rescate en un operativo militar, Betancourt evocó su secuestro a manos de los rebeldes de las extintas FARC cuando estaba precisamente en campaña para la presidencia: «Estoy aquí para terminar lo que empecé con muchos de ustedes en el 2002».
Para quedar como candidatos deben superar una consulta, que se celebrará a la par de las elecciones legislativas el 13 de marzo.