Más de un centenar y medio de periodistas fueron asesinados en México en las últimas dos décadas. 13 de ellos, durante el 2022. Ya se contabilizan cuatro en 2023; el primero, el 12 de febrero, fue Abisaí Pérez Romero, quien además de periodista era activista ambiental de Hidalgo y colaborador en la radio Son Politikón-FM. Luego, el 11 de mayo, Gerardo Torres Rentería, corresponsal en la agencia internacional Reuters y en TV Azteca, recibió tres balazos que le truncaron la vida. El último hasta hace pocos días era Marco Aurelio Ramírez, de 69 años, periodista y colaborador de Periódico Central y Central Puebla, en Puebla, quien fuera baleado en su coche el último 23 de mayo.
Luis Martín Sánchez Iñiguez era el corresponsal del periódico La Jornada en el estado de Nayarit, al noroeste del país. Tenía 59 años y se encontraba desaparecido desde el pasado miércoles 5, según la denuncia de su esposa, Cecilia López. Ella relató que un grupo de encapuchados armados irrumpieron en su domicilio, en la comunidad El Armadillo, del municipio de Xalisco y se lo llevaron de un modo violento. Esta semana su cadáver fue hallado en la ciudad de Tepic, a algo más de 41 kilómetros. Según los fiscales el cuerpo fue encontrado maniatado y envuelto en bolsas de plástico. Pero no sólo eso: lo cubrieron con pesadas cartulinas en las que los grupos militares escribieron mensajes muy significativos.
La Jornada es uno de los mayores diarios de México, aunque relativamente joven, ya que fue fundado en 1985 en la propia Ciudad de México. Sánchez Iñiguez es el tercer corresponsal que pierde: en marzo de 2017 asesinaron a Miroslava Breach, en la localidad de Chihuahua, y dos meses después a Javier Valdez, en la región de Sinaloa.
Por otra parte, la organización Artículo 19 denunció que también Osiris Maldonado de la Paz, un maestro que años atrás trabajó en medios digitales está desaparecido desde el lunes 3. Y a la vez se confirmó que, por esas horas, se perdió el rastro de un periodista joven, Jonathan Lora Ramírez. Artículo 19 tiene sede en Londres, pero desarrolla una copiosa actividad en decenas de países, se destaca por el seguimiento de la problemática de la prensa mexicana y suele tener muy buena información.
La región donde ocurrió este nuevo asesinato, Nayarit, se encuentra en pleno corredor del Pacífico, próximo a Sinaloa y arrastra un tupido historial de violencia y relaciones mafiosas. Por caso, el exgobernador Roberto Sandoval Castañeda está encarcelado por corrupción, igual que una larga lista de fiscales.