El correísmo entró de lleno en la campaña para las elecciones generales anticipadas en Ecuador y es el mismo Rafael Correa el que oficia, a distancia desde su exilio en Bélgica, como principal articulador de la propaganda proselitista de un movimiento que tiene altas chances de recuperar el poder, luego de un mandato y medio de gobiernos opositores y hostiles a su legado. La exasambleísta Luisa González, además de tener el apoyo cerrado de toda la dirigencia de la Revolución Ciudadana, será la única mujer de entre los ocho candidatos que se presentan para el próximo 20 de agosto, lo que sintoniza con cierto clima favorable al protagonismo femenino en el país, según una encuesta de CELAG de fines del año pasado. González, que irá acompañada en la fórmula por el excandidato presidencial en 2021, Andrés Aráuz, resulta ser, además, la única candidata orgánica del partido que representa. El resto de los dirigentes que buscan llegar a Carondelet no tienen militancia estricta en las alianzas o partidos que los convocaron para encabezar sus listas. Algunos incluso ni siquiera provienen de la política como actividad principal, como el canditado «outsider» del conservador Partido Social Cristiano, Jan Topic, un «Rambo» ecuatoriano, como lo calificó González, por su afición a las armas y la guerra. Esta particularidad no debe ser menor a la hora de avanzar en la campaña, por el hecho de que un candidato con origen en el partido que lo impulsa, supone tener el apoyo cerrado de la organización, lo cual robustecería su imagen frente al electorado.
Desde el anuncio de la fórmula presidencial el sábado pasado, el correísmo cerró filas con su binomio. Otros dirigentes que tenían aspiraciones presidenciales, como Carlos Rabascall, declinaron de inmediato su posición. En el discurso público no aparece una sola fisura ni el menor atisbo de tensiones internas. Hasta la decisión de constituir la fórmula pareció tomada a modo plebiscitario frente a la militancia que asistía al acto en Manabí, que no dudó a aprobarla, aunque la lógica indica que los nombres ya habían sido elegidos previamente. Incluso después del gesto de haber anunciado que el candidato sería el exvicepresidente Jorge Glas, tras la declaración de su inocencia por un juez distrital y la restitución de sus derechos políticos, más allá de que en su discurso, Glas declinó la posibilidad de presentarse.
Merchandising
Con la experiencia positiva de los últimos comicios regionales y convencido de un posible triunfo en primera vuelta, el correísmo ya lanzó spots y merchandising. Anuncia posibles medidas y hasta adelanta la discusión sobre una Asamblea Constituyente, caballo de batalla de Correa para llegar al gobierno en 2007. En esta oportunidad, la nueva reforma apuntaría a fortalecer la institucionalidad jurídica y a eliminar barreras constitucionales para la competencia electoral, adicionadas por emienda durante la presidencia de Lenin Moreno, una cláusula en apariencia destinada sólo a impedir que Correa pueda volver a presentarse, como en su momento denunció el expresidente.
Los candidatos recorren el país en tono ganador. Como dice la propia candidata, «los ecuatorianos tienen la oportunidad histórica de comparar entre cómo estaban antes, con un gobierno progresista como el de Rafael Correa, y cómo estaban después, con un gobierno de la derecha, un gobierno neoliberal, un gobierno como el del presidente Guillermo Lasso que simplemente gobernó para un grupo, y que solamente ha destrozado el país». Juegan con la pésima imagen con la que se retira el presidente Guillermo Lasso, quien transita sus últimos pasos sin Asamblea luego de haber decretado la «muerte cruzada» de los poderes Ejecutivo y Legislativo, para evitar una destitución por juicio político que se hacía inminente. También con los problemas económicos crecientes y sobre todo con la crisis que se vive en materia de delincuencia organizada. En medio de la campaña, un concejal de RC, Jairo Olaya, fue baleado por presuntos sicarios en la norteña ciudad de Esmeraldas. En un comienzo había trascendido la información errónea de su muerte, de la que el propio Correa se hizo eco, aunque luego lo aclaró. «La noticia de la muerte del compañero ha sido falsa. Lo siento, dentro de la alegría de que lo sea», tuiteó.
La intensidad de la campaña tiene que ver también con su brevedad. Oficialmente comienza el 8 de agosto y se extenderá hasta el 17. El sábado pasado se cumplió la fecha para inscribir las candidaturas y ahora rige, hasta el próximo 6 de agosto, la fase de impugnaciones por parte del Consejo Nacional Electoral. Unos pocos partidos quedaron excluidos de la contienda, por decisión propia, como el indígena Pachakutik, por desacuerdos internos, y el hasta ahora oficialista CREO, sin posibilidades de obtener un mínimo apoyo popular. «