Los obispos nicaragüenses resolverán mañana si continúan o no como mediadores en el diálogo entre el gobierno de Daniel Ortega y la oposición reunida en la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, después de que el presidente los acusara de ser parte del frente opositor que busca la salida anticipada de su gobierno. «Yo pensaba que eran mediadores, pero no, estaban comprometidos con los golpistas», dijo Ortega en un encendido discurso el jueves en la celebración del 39° aniversario de la Revolución Sandinista en Managua.
Un día antes, la OEA aprobó la resolución presentada una semana antes por Argentina, Brasil y EE UU, entre otros, en la que condena a la violencia y se insta al gobierno y a todas las partes a «que participen activamente y de buena fe en el Diálogo Nacional, como un mecanismo para generar soluciones pacíficas y sostenibles» a la vez que exhorta a Ortega a «que apoye un calendario electoral acordado conjuntamente en el contexto del proceso de Diálogo Nacional».
En la misma sesión, la mayoría de los países rechazaron una resolución presentada por Denis Moncada, canciller nicaragüense, en la que se reconocía las «iniciativas del gobierno de Nicaragua en llamar al Díalogo Nacional» y condenaba que «grupos opositores golpistas utilicen el Diálogo (…) para tratar de legitimar sus acciones criminales, acciones armadas contra la población civil y policías, coludidos con grupos internacionales de crimen organizado y terrorismo, para desestabilizar el estado de Nicaragua».
El gobierno sandinista se apoya en los conceptos de golpismo y terrorismo para calificar la avanzada opositora, que se inició por unas protestas contra una reforma previsional que nunca se implementó, y derivó en pedidos de renuncia y elecciones anticipadas, apoyados, de hecho, por parte de la curia a la que el gobierno hoy llama cómplice del «golpismo».
La Conferencia Episcopal Nicaragüense ha venido coordinando las reuniones de la Comisión de Mediación y Testigos Diálogo Nacional, con la participación de todos los involucrados en el conflicto por el que hasta ahora murieron 280 personas en hechos de violencia, sin registrar hasta ahora logros significativos. Incluso se ha retirado y vuelto en varias oportunidades. Ahora tendrá una reunión clave este lunes para decidir su futuro como mediadora. «Vamos a meditar las palabras del señor presidente y luego vamos a tomar una decisión, porque el pueblo de Nicaragua está invitándonos, diciendo que tenemos que seguir, pero vamos a meditarlo y ver cuál es la mejor postura», dijo el cardenal José Leopoldo Brenes en una entrevista televisiva. «