Si algo se puede decir de Elon Musk es que sabe cómo estar siempre en el candelero. A tres días del inicio de la 0peración militar desencadenada por Vladimir Putin el 24 de febrero en Ucrania, anunció la puesta en servicio de un acceso a internet para los pobladores de ese país mediante la red Starlink y aseguró que estaba a favor de la posición de Kiev. Recibido con beneplácito y como un amigo de la causa ucraniana, el empresario nacido en Pretoria hace 51 años viene negociando fuerte para quedarse con el paquete accionario de Twitter mientras continúa promoviendo sus estandartes: SpaceX para los artefactos aeroespaciales y Tesla para los terrestres eléctricos.
Esta semana abrió nuevos cruces con la justicia estadounidense y la red del pajarito. Es por el reclamo de la operación comercial por la cual Musk se comprometió a pagar 44.000 millones de dólares por las acciones, luego desechada, lo que llevó a una demanda de los directivos de Twitter.
La jueza de Delaware Kathaleen St. J. McCormick determinó este viernes una suspensión del juicio contra el ultramillonario y lo conminó a terminar la operación el 28 de octubre. O sea, Musk -al cierre de esta edición- debe comprar la red social o enfrentar un juicio.
Pero lo que más revuelo causó en el este europeo -aunque sin tanta difusión por estos lares- fue la propuesta de paz que Elon Musk lanzó desde su propia cuenta de Twitter. Básicamente, planteó una encuesta para que usuarios de la red voten si están de acuerdo en aceptar que Rusia incorpore a Crimea y que Moscú permita nuevos referendos en las cuatro provincias ucranianas con supervisión de la ONU. Lo que resulte de esa votación debe ser aceptado por todas las partes. También pregunta su Ucrania debe renunciar a incorporarse a la OTAN y permanecer neutral.
Obviamente, en Kiev Musk empezó a ser mala palabra y en Moscú lo idolatran por coincidir con el gobernó de Vladimir Putin. Desde Twitter se dieron a la ironía fácil y el propio Volodimir Zelenski propuso «¿qué Musk prefieren, el proucraniano y el prorruso?». Pero Musk dobló la apuesta. “Rusia está haciendo una movilización parcial. Se movilizan completamente para la guerra si Crimea está en riesgo. La muerte en ambos lados será devastadora (…) Rusia tiene 3 veces la población de Ucrania, por lo que es poco probable que la victoria de Ucrania en una guerra total. Si te preocupa el pueblo de Ucrania, busca la paz».
El Premio Nobel de la Paz de este año, sin embargo, fue para el bielorruso Ales Bialiatski, la ONG rusa Memorial y el Centro por las Libertades Civiles de Ucrania.