El Gobierno ruso calificó de «inaceptable» que el presidente estadounidense, Joe Biden, acuse a las fuerzas rusas de cometer un «genocidio» en Ucrania, en el marco de la invasión a ese país iniciada el pasado 24 de febrero.
«Estamos completamente en desacuerdo y consideramos inaceptable cualquier intento de distorsionar la situación de esa forma», dijo el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, a la prensa, según informó la agencia de noticias rusa Sputnik.
Biden acusó este martes al presidente ruso, Vladimir Putin, de cometer un «genocidio» en Ucrania, en la primera vez que usa esa palabra para describir la situación en el país invadido por Moscú.
Biden aclaró que la última palabra la tendrían las cortes para determinar si las acciones de Rusia en la antigua república soviética, que incluyen acusaciones sobre atrocidades cometidas contra civiles, constituyen un genocidio.
El Fiscal de la Corte Penal Internacional visita Bucha
El fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) Karim Khan dijo este miércoles, durante una visita a la ciudad ucraniana de Bucha, que Ucrania es una «escena del crimen».
«Ucrania es una escena del crimen. Estamos aquí porque tenemos buenas razones para creer que se están cometiendo delitos de la competencia de la Corte. Tenemos que atravesar la niebla de la guerra para llegar a la verdad», declaró Khan a la prensa.
En la ciudad se encontraron cientos de civiles muertos tras la ocupación rusa y el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, culpó al Kremlin de los crímenes, que Rusia niega y considera un montaje de occidente.
Khan también indicó que un equipo forense de la CPI se puso a trabajar «para que realmente podamos asegurarnos de separar la verdad de la ficción», según informó la agencia de noticias AFP.
«Tenemos que mantener una mente abierta y tenemos que seguir la evidencia», añadió.
Rusia niega la responsabilidad de las muertes y su presidente Vladimir Putin afirma que los informes sobre soldados rusos que disparan contra civiles son «falsos».
Rusia anuncia una rendición masiva en Mariupol
Rusia anunció este miércoles la rendición de más de 1.000 marinos ucranianos en la ciudad portuaria de Mariupol, sitiada desde hace semanas, mientras en el plano diplomático los presidentes de Polonia, Lituania, Letonia y Estonia, todos miembros de la OTAN y a las puertas de Rusia, visitaron Ucrania como muestra de apoyo a Kiev.
«En la ciudad de Mariupol, en la zona de la fábrica metalúrgica Ilich (…) 1.026 militares ucranianos de las 36ª brigada de marina depusieron de manera voluntaria las armas y se rindieron», anunció el portavoz del ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov.
El funcionario precisó que entre los militares que se rindieron hay 162 oficiales y 47 mujeres.
De los rendidos, señaló, 151 heridos recibieron primeros auxilios en el sitio y más tarde fueron trasladados al hospital de Mariupol para recibir tratamiento, reportó la agencia de noticias rusa Sputnik.
La televisión pública rusa mostró imágenes de hombres con ropas camufladas transportando a heridos en camillas en lo que parecía ser una cueva, reprodujo la agencia de noticias AFP.
Las autoridades regionales del sudeste de Ucrania evaluaron ayer en al menos 20.000 el número de muertos en Mariupol, bombardeada desde hace más de 40 de los 49 días que lleva la invasión rusa a Ucrania.
En tanto, los mandatarios de los tres países bálticos (Lituania, Letonia y Estonia) y Polonia visitaron Ucrania en una muestra de apoyo al asediado país, un día después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, prometiera continuar con su ofensiva hasta su «completa finalización».
Los cuatro mandatarios que integran la OTAN y comparten el temor de enfrentar un eventual ataque ruso si Ucrania cae, viajaron en tren a Kiev para reunirse con el líder ucraniano Volodimir Zelenski.