Este sábado, los palestinos de la Franja de Gaza conmemoran un año de la Gran Marcha del Retorno, que implicó la protesta de decenas de miles de palestinos contra la ocupación militar frente al muro construido por Israel. En aquel momento francotiradores israelíes asesinaron entre 189 y 250 palestinos, según la ONU y el gobierno de Hamas, respectivamente, y además, se contabilizaron unos 25 mil manifestantes heridos.
Decena de miles de gazatíes, unos 40 mil según medios internacionales, se han reunido este sábado frente al muro, donde están apostadas las Fuerzas de Defensa de Israel. Reclaman el regreso de los refugiados y el fin del bloqueo impuesto por Israel sobre la Franja de Gaza en 2007.
La Media Luna Roja informó que 33 palestinos han resultado heridos producto tanto del uso de armas letales como de las disuasorias. La oficina de Salud palestina, controlada por Hamas, informó de la segunda víctima fatal, Adham Nadal Zaker, de 17 años, recibió un disparo al este de la ciudad de Gaza. El viernes a la noche, en la línea divisoria, también víctima de los francotiradores del ejército israelí, murió un joven de 21 años.
La comisión organizadora de las marchas decidió colocar los campamentos –en los que se reúnen los manifestantes– a unos 700 metros de la frontera con Israel para evitar enfrentamientos y garantizar un aniversario «pacífico». Además, una delegación egipcia, que oficia de mediadora para evitar una nueva escalada de violencia, estuvo este viernes en la Franja.
La gran movilización del año pasado se realizó en el aniversario del Día de la Tierra, en recuerdo de la muerte de seis palestinos asesinados por fuerzas israelíes cuando protestaban contra la expropiación de tierras en la región de Galilea, en el norte de Israel, en 1976. Las protestas se extendieron desde el 30 de marzo hasta el 15 de mayo, día que se recuerda la Nakba (Catástrofe), es decir, la fecha en que se recuerda la expulsión de más de 700 mil palestinos tras la declaración de independencia de Israel en 1948.
El informe de la comisión investigadora de la ONU, dirigida por el secretario de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, Santiago Cantón, fue terminante al afirmar que «la comisión tiene motivos razonables para creer que durante la Gran Marcha del Retorno, soldados israelíes cometieron violaciones al derecho internacional de derechos humanos y al derecho humanitario. Algunas de esas violaciones constituyen crímenes de guerra o crímenes de lesa humanidad, y deben ser inmediatamente investigados por Israel». Frente a esto, el gobierno israelí se limitó a negar las acusaciones.
El lunes 18 de marzo de este año el Consejo de Derechos Humanos de la ONU exhortó a Israel a detener el uso de municiones reales contra manifestantes desarmados. La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU en territorio ocupado (OCHA) pidió contención para evitar «más muertos y heridos» ante las protestas. «En el último año hubo una pérdida asombrosa de vidas en la Franja de Gaza», declaró el coordinador de la organización para el territorio palestino ocupado, Jamie McGoldrick, que instó a Israel y a los organizadores palestinos de las movilizaciones a «evitar un mayor deterioro de la situación”.
«El gran número de víctimas entre manifestantes palestinos desarmados ha generado preocupación por el uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad israelíes», considera la mencionada oficina de Naciones Unidas. Además alerta que «la afluencia masiva de víctimas ha superado el frágil sistema de sanidad de Gaza». Médicos sin Fronteras, por su parte, alertó el viernes que «el costo médico, humano y económico (de las protestas) es insoportable por un enclave bloqueado donde miles de personas no reciben atención pese a sufrir heridas devastadoras».