El Consejo de Seguridad de la ONU, a pedido de Rusia, se reunió el miércoles de manera virtual para tratar la situación de Venezuela luego de la fallida incursión armada llevada a delante el 3 de mayo por opositores y la empresa privada de seguridad y defensa Silvercorp USA. Si bien la ONU llamó nuevamente a reanudar las negociaciones políticas, el Consejo se mostró divido, en el centro de esa disputa se encuentra la posición de Estados Unidos, cuyo presidente, Donald Trump, aseguró por la noche que tiene “rodeado” al gobierno de Nicolás Maduro y que «algo pasará porque no vamos a aguantarlo» en referencia a Nicolás Maduro y en el marco de la amenaza ejercida por la Casa Blanca.
“Seguimos convencidos de que la negociación entre los principales actores políticos de Venezuela es la única vía para salir de la actual crisis. De cara a la pandemia de COVID-19, es más urgente que nunca un acuerdo que fortalezca la gobernanza democrática con respeto de los derechos humanos y del estado de derecho”, planteó la secretaria general adjunta de las Naciones Unidas para Asuntos Políticos y de Mantenimiento de la Paz. Además repasó las palabras del secretario general, António Guterres quien ya el 4 de mayo se había pronunciado contra cualquier escalada en Venezuela y reiteró que la forma de resolver la crisis es “el diálogo político y el respeto de los derechos humanos”.
Tanto Rusia como China alertaron sobre la “constate violación a la soberanía de Venezuela” por parte de EE.UU. y el representante ruso alertó sobre la presencia de naves de ese país en el Caribe, cerca de las costas venezolanas, y reclamó la necesidad de «analizar las acciones estadounidenses contra el narcotráfico en las fronteras marítimas de Venezuela». Francia, Sudáfrica, Indonesia y otros países rechazaron la injerencia extranjera y se sumaron al llamado al diálogo político como única manera de superar la crisis.
Antes de que Donald Trump se volviese a pronunciar agresivamente sobre Venezuela, su representante, Kelly Knigh, en el Comité rechazó de manera tajante las acusaciones contra la participación de su gobierno en la operación Gedeón, llamándolas «una larga compilación de acusaciones falsas y fantásticas» y apuntó contra Rusia, país convocante, por hacerse eco “del hábito recurrente del régimen de culpar a otros de sus lamentables decisiones”.
Estados Unidos, que es el principal respaldo del autoproclamado presidente de Venezuela Juan Guaidó, señalado por el gobierno de Venezuela como instigador de la incursión armada. A pesar de ello, la administración Trump propone que se avance hacia un gobierno interino que convoque a elecciones «libres», del que tanto Maduro como Guaidó estarían excluidos. Esto tampoco impide que EE.UU. apriete cada vez más las sanciones contra Venezuela, el último golpe ha sido contra la industria petrolera local, uno de los pocos ingresos que posee el estado bolivariano.