El Movimiento de Renovación Nacional (Morena) mexicano, que lidera el presidente Andrés López Obrador, obtuvo un rotundo triunfo en las elecciones celebradas ayer en el Estado de México, el más popular del país y exbastión electoral del hegemónico Partido Revolucionario Institucional (PRI), según datos del conteo rápido del Instituto Nacional Electoral (INE). De acuerdo con la tendencia al 88,1% del conteo rápido, la candidata a gobernadora de Morena, Delfina Gómez, aventajaba por 9 puntos porcentuales a su oponente del PRI, Alejandra del Moral.
Del Moral salió públicamente a reconocer que «el conteo rápido no me favorece». «Reconozco el triunfo de la maestra Delfina Gómez», dijo en conferencia desde su cuartel de campaña.
Morena, que ya gobierna solo o en alianza en 22 de los 32 estados mexicanos, afianza con este resultado su por ahora imbatible liderazgo de cara a las presidenciales del año próximo. En esta elección le arrebata además al otrora hegemónico PRI su mayor bastión electoral, que gobernó ininterrumpidamente por 94 años.
La política en México
El PRI gobernó México y todos sus estados durante siete décadas del siglo XX, hasta el 2000, y volvió a retomar las riendas del país en el sexenio 2012-2018 con el mandato de Enrique Peña Nieto, antecesor de López Obrador. La ganadora dijo sentirse «superorgullosa de todos los mexiquenses» pues «ellos son los que han hecho posible este triunfo».
En la elección del Estado de México, que convocó a 12,6 millones de electores, se registró una participación ciudadana del 48%, según estimaciones preliminares de unos comicios vistos por analistas como un ensayo general de la carrera por la presidencia en 2024.
Para el politólogo Miguel Tovar, de la firma Alterpraxis, con esta victoria Morena logra un «sueño» de López Obrador erigiéndose como el nuevo partido hegemónico de México. «Lo que vemos en Morena es esta necesidad de encontrarse en este poder hegemónico, en ocupar todos y cada uno de los espacios (…) Este nuevo PRI que es Morena ha crecido como espuma», dijo el especialista a la agencia de noticias AFP.
El Estado de México es uno de los más violentos del país, con alta tasa de homicidios y desapariciones en sus localidades más pobres, agraviadas además por la impunidad y corrupción de sus autoridades, pero también alberga grandes industrias (Nestlé, Ford) y atractivos turísticos como las ruinas prehispánicas de Teotihuacán. Con 17 millones de habitantes y un peso económico equivalente al 9,1% del PIB nacional, «es una minirepública mexicana» fragmentada entre zonas modernas y otras «profundamente rurales», describió Tovar.
Este domingo también se celebraron elecciones en el vasto estado norteño de Coahuila, limítrofe con Estados Unidos, donde se votó por un nuevo gobernador y 25 legisladores del parlamento local. A diferencia del Estado de México, aquí Morena exhibió serias debilidades con un airado pleito entre los precandidatos a la gobernación, que llevó a Ricardo Mejía, exsubsecretario de Seguridad de López Obrador, a romper la alianza oficialista y presentarse por su cuenta.
La división le pasó factura al candidato morenista Armando Guadiana, que quedó relegado a un remoto segundo lugar, frente al aspirante del PRI, Manolo Jiménez, que lideraba con alrededor de 57% de los votos y una ventaja de casi 35 puntos porcentuales sobre su competidor, según el conteo rápido del INE. El PRI mantiene así su histórico dominio de ese estado, vigente desde 1929.