La ganadora de las elecciones del 25 de septiembre y candidata a ser la próxima primer ministra del país, la líder de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, recibirá este lunes a su socio de coalición Silvio Berlusconi en medio de las tensiones en la derecha y extrema derecha italianas por la formación del nuevo Gobierno. Meloni y el líder de Fuerza Italia se reunirán esta tarde en la sede romana de Hermanos de Italia, aseguran los diarios La Repubblica y La Stampa, luego de los cruces de la semana pasada por la designación del presidente del Senado, Ignazio La Russa, y por las tensiones aún latentes de cara al eventual Gabinete de la derecha.
Meloni y Berlusconi, referentes de la derecha
«Se le olvidó algo: no soy chantajeable», dijo Meloni el viernes pasado, horas después de que se filtrara una foto en la que Berlusconi trataba a la líder de ultraderecha de «prepotente, arrogante, ofensiva» por su negativa a abrir espacios a Fuerza Italia en un eventual gabinete. Este lunes, en un gesto de acercamiento, el cofundador de Hermanos de Italia Guido Crosetto planteó en una entrevista con el diario Corriere que «se necesita la visión de Berlusconi» en el posible Gobierno de derecha y agregó que «ninguno de los dos piensa interrumpir el trabajo que están haciendo para el bien del país por temas de carácter personal».
Meloni, exministra de la Juventud entre 2008 y 2011 durante el cuarto Gobierno de Berlusconi, se prepara para recibir posiblemente esta semana el encargo del presidente Sergio Mattarella para la formación de un nuevo Ejecutivo a partir de la victoria que obtuvo en septiembre encabezando una alianza de derecha y extrema derecha con Fuerza Italia y con la Liga de Matteo Salvini. Sin embargo, aún no hay acuerdo entre los socios de la coalición de cara a la conformación del eventual gabinete, a partir del deseo del líder de la Liga Matteo Salvini de ocupar el ministerio del Interior y del pedido de Berlusconi para que la cartera de Justicia quede en manos de Fuerza Italia.
El jueves pasado, la elección con voto secreto del miembro de Hermanos de Italia Ignazio La Russa como presidente del Senado dejó en evidencia las tensiones en la coalición, ya que solo dos de los senadores de Fuerza Italia acompañaron su designación, que fue acompañada por 18 apoyos de la oposición que aún no revindicó ningún partido. Tras la elección de La Russa y del conservador de la Liga Lorenzo Fontana como presidente de Diputados, los parlamentarios deberán indicar a qué grupo legislativo se incorporan y este martes elegirán a los jefes de bloque. A partir de allí, Mattarella hará una ronda de «consultas políticas» con los responsables de cada bloque para certificar que la derecha pueda reunir los apoyos necesarios para dar vida a un nuevo Gobierno.
Luego, de acuerdo con las previsiones de fuentes políticas consultadas por Télam, Meloni podría recibir el encargo de Mattarella entre viernes y sábado, para luego proponerle al mandatario una lista de eventuales ministros y jurar en el cargo antes de presentarse en el Parlamento para buscar el «voto de confianza» de la mayoría simple de cada una de las Cámaras que la confirme en el cargo.
Iglesia pide al nuevo gobierno mantener el Salario Básico Universal
Mientras la derecha termina de dirimir su interna en busca de formar gobierno, el presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, el cardenal de Bolonia Matteo Zuppi, pidió que el próximo Gobierno mantenga el denominado «ingreso de ciudadanía», el nombre con el que se aplica en el país un salario básico universal de hasta 780 euros al mes a desocupados o personas en dificultades de empleo. «El ingreso de ciudadanía fue recibido por 4,7 millones de personas. Hay ajustes que hacerle, pero se debe mantener este esfuerzo que es muy importante en momentos en los que la pobreza puede llegar a ser aún más dura», planteó hoy Zuppi en un videomensaje enviado a Cáritas de su país.
Instituido en 2018 durante el Gobierno del entonces premier Giuseppe Conte, el ingreso otorga hasta 780 euros al mes a desocupados, en medio de una escala variable según la edad y el núcleo familiar, y establece la inscripción en un registro nacional para recibir ofertas de trabajo, de las que el beneficiario solo puede rechazar una para no perder el beneficio. Con unos 2.6 millones de familias beneficiarias, el Ingreso ayudó el año pasado a que un millón de personas no cayeran en la pobreza, según publicó en julio el instituto oficial de estadísticas Istat.
Durante la campaña electoral, las tres fuerzas de la coalición de derecha y ultraderecha que ganó las elecciones de septiembre y se encamina a formar Gobierno (Liga, Fuerza Italia y Hermanos de Italia), se habían mostrado reticentes a mantener la medida en su versión actual y plantearon modificaciones generales.