No hay antecedentes en América Latina de intervención en asuntos internos de un país de la región desde la expulsión de Cuba de la OEA, en 1962. Y el resultado, como reconoció en 2014 el presidente Barack Obama, fue el aislamiento internacional de Estados Unidos.
Ahora, bajo la presión del gobierno de Donald Trump, expresado en la gira de su canciller, Rex Tillerson, la ofensiva contra las autoridades de Venezuela y sus decisiones democráticas están llegando a un nivel peligroso no sólo para los venezolanos. Por lo pronto, desde Caracas denuncian el despliegue de tropas colombianas en la frontera binacional mientras crece la posibilidad de una escalada militar con efectivos también de Brasil y Estados Unidos.
Desde el lado diplomático, la oposición al chavismo, que rechazó firmar un documento de convivencia ante las presiones de Washington cuando ya estaban por sellar un acuerdo en Santo Domingo, ahora se trasladó a Lima para pedir ayuda al grupo de países que más encarnizadamente pugnan por derrocar el mandatario venezolano.
Según los opositores, el Grupo de Lima -entre los cuales el actual gobierno de Argentina es uno de los más fanáticos antichavistas, junto con el golpista brasileño Michel Temer, el peruano Pablo Kuscinsky y el mexicano Enrique Peña Nieto- debería analizar acciones ante la convocatoria de elecciones en Venezuela.
Curioso derrotero del frente antichavista regional, que reclamaba hasta no hace tanto elecciones presidenciales y ahora intenta bloquear la convocatoria argumentando que no serían transparentes o que es muy prematuro hacerlo el 22 de abril, como anunció Nicolás Maduro.
De todas maneras, el Grupo de Lima les dio un pequeño gustito a la Mesa de Unidad Democrática (MUD). La canciller peruana, Cayetana Aljovín, anunció, rodeada de ministros de exterior de la región, que la presencia de Maduro en la Cumbre de las Américas de abril «no será bienvenida».
«Dada la actual situación en Venezuela, el Perú ha decidido expresar con respecto a la invitación al presidente Nicolás Maduro a la VIII Cumbre de las Américas de Lima, que su presencia ya no será bienvenida en dicho encuentro», dijo Aljovín ante la prensa.
Mientras tanto, Julio Borges, dirigente de la MUD, y que lideró la delegación opositora en el diálogo con el gobierno del presidente y candidato a la reelección, Nicolás Maduro, en Santo Domingo, dijo que hará una gira por América Latina para buscar apoyo a su postura frente a los comicios.
La oposición venezolana aún no ha decidido si participará en los comicios del 22 de abril, que fueron adelantados por decisión de la oficialista Asamblea Constituyente que impulsó Maduro en respuesta a las protestas de 2017 y que rige en el país como poder absoluto.
El Grupo de Lima exigió este martes al gobierno venezolano que presente un nuevo calendario electoral, tras una reunión de cancilleres que rechazó la convocatoria a comicios anticipados y acordó coordinar esfuerzos ante el éxodo de venezolanos.
Los 14 países del Grupo «exhortan al gobierno de Venezuela a que reconsidere la convocatoria de las elecciones presidenciales y presente un nuevo calendario electoral. No pueden haber elecciones libres y justas sin la plena participación de los partidos políticos», según una declaración conjunta leída por la canciller peruana.
Los cancilleres también acordaron «coordinar esfuerzos para afrontar el éxodo de miles de venezolanos que huyen de la grave crisis que se vive en su país» y exigieron elecciones «democráticas transparentes y creíbles, con la participación de todos los actores políticos venezolanos».