Versalles, Francia
Emmanuel Macron quiere impulsar «un camino radicalmente nuevo» en Francia con una transformación «profunda» que pasará «dentro del año» por una reforma de las instituciones, que incluye entre otras medidas la reducción de un tercio de diputados y senadores.
«Hasta ahora, muy a menudo, nos equivocamos de camino», dijo el mandatario, que expuso ante los diputados y senadores reunidos en Congreso en el castillo de Versalles las grandes orientaciones de su gobierno.
En el pasado «preferimos los procedimientos a los resultados, la reglamentación a la iniciativa, la sociedad de la renta a la sociedad de la justicia», dijo.
«Creo profundamente que por su elección reciente, nuestro pueblo nos pide tomar un camino radicalmente nuevo», subrayó.
El presidente francés se presentó como defensor de una «transformación resuelta y profunda».
En ese sentido propuso «cambiar» las instituciones, reduciendo por ejemplo en un tercio la cantidad de senadores y diputados y modificando la legislación electoral para introducir una «dosis de proporcional» para que «todas las sensibilidades (…) estén justamente representadas» en la Asamblea.
«Un Parlamento menos numeroso, pero reforzado en medios, es un Parlamento en donde el trabajo es más fluido (…) es un Parlamento que trabaja mejor», aseguró.
Esta reforma de las instituciones la quiere terminar «de aquí a un año», sometiendo las nuevas disposiciones a un referendo «si es necesario».
Destacando su «consideración» por el Parlamento, el presidente Macron prometió regresar «todos los años» a «rendir cuentas» de su acción ante los diputados y senadores reunidos en Congreso, a imagen del discurso sobre el estado de la Unión en Estados Unidos.
No todos los 577 diputados y 348 senadores estaban presentes este lunes en Versalles. En particular los diputados de la izquierda radical del movimiento Francia Insumisa y los legisladores comunistas decidieron boicotear la ocasión.
Emmanuel Macron es el tercer presidente francés en hablar ante los parlamentarios reunidos en Congreso. El socialista François Hollande dio un solemne discurso tres días después de los atentados del 13 de noviembre de 2015 en Francia. El conservador Nicolas Sarkozy lo había hecho a su vez en junio de 2009.