El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva anunció este jueves que si es electo el 2 de octubre convocará a los pueblos indígenas a participar del plan de gobierno, adelantó que tiene previsto crear un Ministerio para los pueblos originarios y aseguró que revocará todas los decretos y resoluciones del presidente Jair Bolsonaro que permitieron el cese de la fiscalización en las reservas.
«Vamos a tener una política para los pueblos indígenas, es necesario visitar las aldeas y las reservas para ver cómo vive la gente. Vamos a necesitar un Ministerio de Pueblos Indígenas, comandado por un indígena, no por un blanco como yo», anunció Lula ante miles de personas en el Campamento Tierra Libre en Brasilia, desde donde los pueblos originarios protestan contra el presidente Jair Bolsonaro.
Lula, cuya candidatura oficialmente debe que ser proclamada en mayo por el Partido de los Trabajadores (PT), dijo que está «dispuesto a volver a gobernar» Brasil y convocó a los dirigentes indígenas a participar de la «elaboración del programa de gobierno».
La presencia de Lula en el acto de la Articulación de los Pueblos Indígenas (APIB) se da en momentos en los cuales 8.000 indígenas de todo el país llegaron a Brasilia para denunciar el proyecto de ley del gobierno de Bolsonaro para permitir la minería dentro de las tierras ancestrales y mostrar la invasión de la mafia de la minería ilegal en las tierras de los yanomami, en el norte del país.
Lula, llamado de «presidente» por la multitud, prometió «revocar» las medidas que flexibilizaron los controles estatales de las tierras indígenas y permitieron el avance de los mineros artesanales buscadores de oro (garimpeiros) y del agronegocio ilegal.
El expresidente exaltó la figura de Sonia Guajajara, líder de la APIB y oradora en el acto, a quien le prometió dedicar el primer mes de un eventual gobierno, en enero de 2023, para revisar y revocar las medidas contraproducentes contra los pueblos indígenas.
El líder del PT también cargó contra la política de Bolsonaro de armar a los hacendados, lo cual ha generado un clima de ‘lejano oeste’ en estados como Pará, Amazonas, Rondonia, Roraima, Mato Grosso y Acre, en el marco del avance de la actividad económica ilegal contra tierras del Estado destinada a ser reservas indígenas o ambientales.
«Ningún estanciero tiene el derecho de invadir el espacio indígena, ningún brasileño tiene derecho a plantar soja de forma ilegal o quemar el pasto para crear ganado, mucho menos para hacer minería. No es posible que siga esta violencia contra los indígenas. No podemos permitir que todo lo que fue luchado, conquistado, sea retirado por decreto. Vamos a tener un Día de la Revocación», anunció.
Lula se dirigió a su jefe de precampaña, el exministro y exdiputado Aloizio Mercadante, también coordinador del Grupo de Puebla, para pedirle abrir el juego de su programa de gobierno a los líderes indígenas.
«Ciertamente los partidos que nos acompañan tendrán buenas ideas también», afirmó el favorito a vencer las elecciones, según las encuestas.
Lula debe ser proclamado pero ya participó del acto de lanzamiento de su vice, su exrival Geraldo Alckmin, exgobernador de San Pablo, de perfil conservador, que deberá recoger votos en los sectores de centroderecha decepcionados con Bolsonaro.