El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró ante su colega paraguayo, Mario Abdo Benítez, que una de las misiones diplomáticas de su gobierno será reforzar la unidad del Mercosur y la «reorganización» de la Unión Sudamericana de Naciones (Unasur), al sostener que su país, como la mayor economía, debe compartir el crecimiento económico con sus vecinos de la región.
Preocupado por lo que llamó «paz y tranquilidad» sudamericana, sin citar casos específicos, Lula lanzó un mensaje de profundidad de la integración y repudió los intentos, dentro del Mercosur, de negociación en forma unilateral.
Lo hizo en Foz do Iguazú, durante un discurso al lado de Abdo Benítez, en el marco de la ceremonia de asunción del nuevo director brasileño de la hidroeléctrica binacional Itaipú, Enio Verri, al cumplirse 50 años del tratado que creó la segunda central de su tipo en el mundo, detrás de la china Tres Gargantas.
«No queremos un Brasil rico rodeado de países pobres. Brasil tiene que combinar su crecimiento con el de los vecinos. Brasil, como hermano mayor, tiene la responsabilidad de que sus vecinos crezcan para vivir en un continente de paz y tranquilidad y nunca más repetir el gesto ignorante de una guerra, como ya ocurrió entre brasileños y paraguayos», dijo Lula, en referencia a la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870).
Abdo, que no habló en el acto por tratarse de un asunto de la parte binacional brasileña de la central hidroeléctrica, está en el fin de su mandato, durante el cual se convirtió en el aliado más cercano en la región del expresidente Jair Bolsonaro, que lo llamaba «querido Marito».
Lula intenta que la iniciativa de reflotar la Unasur sea, en opinión de sus colaboradores, un dique de contención de la región a los vaivenes económicos externos o por ejemplo la crisis política casi permanente que existe en Perú.
En el acto realizado en Foz do Iguazú, en la triple frontera con Paraguay y Argentina, Lula dio especial énfasis a lo que llamó la «reorganización» de la Unasur, desactivada en la última década, como un mecanismo de negociación para la paz y tranquilidad de las democracias sudamericanas.
También respaldó que el Mercosur se mantenga unido y argumentó: «Está probado que hay más fuerza para negociar estando unidos, ya que somos débiles negociando por separado».
El mandatario brasileño ya había insistido en este mensaje a partir de la postura del gobierno del uruguayo Luis Lacalle Pou de negociar un acuerdo de libre comercio de forma unilateral con China.
«Vuelvo con la firme voluntad de reorganizar la Unasur, que todos comprendan la necesidad de tener paz y tranquilidad y ejercicio de democracia. Garantizar que dejemos de ser pobres o en desarrollo, tenemos el derecho de crecer y hay que crecer y distribuir el crecimiento. No puede ser que haya gente pasando privaciones», dijo Lula a su colega paraguayo.
Lula intenta que la iniciativa de reflotar la Unasur sea, en opinión de sus colaboradores, un dique de contención de la región a los vaivenes económicos externos o por ejemplo la crisis política casi permanente que existe en Perú.
Durante el gobierno de Lula, la Unasur evitó un golpe de Estado en Bolivia contra el entonces presidente Evo Morales.
Luego, en 2015, con la llegada de Mauricio Macri a la presidencia de Argentina y de Michel Temer en Brasil, tras el derrocamiento por juicio político de Dilma Rousseff, la Unasur inició su desactivación mientras se conformaban iniciativas afines a la derecha como el Grupo de Lima o el Prosur, creado a instancias del chileno Sebastián Piñera en 2019.
La Unasur tenía conformado un Consejo Sudamericano de Defensa que sirvió de contención ante la crisis que existía entre Colombia y Venezuela.
Lula y Abdo mantuvieron luego del acto una reunión bilateral en la cual repasaron la agenda común, sobre todo el futuro de Itaipú binacional y su contrato, siempre objetado por los paraguayos.
El acuerdo de Itaipú
El acuerdo de Itaipú obligó desde 1984 a la fecha, más allá de renegociaciones, a los paraguayos a vender el excedente de la energía que consumen, casi el 90%, a Brasil y a precios subsidiados por debajo del mercado internacional de energía.
Lula dijo que la central hidroeléctrica de Itaipú, que obligó a poblaciones originarias y ribereños a perder sus tierras y a llenar un lago artificial, hubiera sido imposible realizarla en la actualidad con las nuevas ideas ambientales para la construcción de grandes obras.
Este mes fue pagada la última cuota al Banco Nacional de Desarrollo Economico y Social de Brasil que financió el proyecto, que finalmente costó 63.500 millones de dólares.
El acuerdo de 1973 del que surgió Itaipú fue realizado entre los dictadores Alfredo Stroessner y Emilio Garrastazú Médici, en una época en la cual Brasil vivía el llamado «milagro económico» empujado por la industrialización y la expansión de su mercado interno.
«Cálido encuentro con el presidente Lula sobre la relación estratégica entre Brasil y Paraguay, los nuevos puentes que nos conectarán, el corredor Biocéanico, el apoyo al acuerdo Mercosur – Unión Europea y la necesidad de arribar a la brevedad a una tarifa de mutuo acuerdo en Itaipú», comentó Abdo tras el encuentro con Lula.
Ambos mandatarios hablaron de la renegociación del anexo C del tratado, por el cual Brasil y Paraguay tienen derecho al 50% de la energía generada por la represa.
La cláusula indica que si una de las partes no utiliza esa cuota en su totalidad, lo cual solo ocurre con Paraguay, deberá venderle el excedente al otro socio y a unos precios preferenciales.
En la actualidad la hidroeléctrica satisface el 90% del consumo en Paraguay y el 13% en Brasil, donde Itaipú es fundamental para el principal conglomerado industrial del país, ubicado en el estado de San Pablo, con 46 millones de habitantes.
Brasil emitió un comunicado en el que indica que «la Central Hidroeléctrica de Itaipú es un símbolo de la amistad entre Brasil y Paraguay y constituye un hito histórico de la asociación bilateral».
«Los presidentes repasaron los principales puntos de la agenda bilateral, habiendo reconocido los significativos avances en las obras del Puente de la Integración, en Foz do Iguazú y Presidente Franco, que deberán ser concluidas en los próximos meses, y del Puente sobre el Río Paraguay, entre Porto Murtinho y Carmelo Peralta.
Durante el encuentro, el presidente Lula reiteró la prioridad que la política exterior brasileña otorga a la relación con Paraguay y a la integración regional», dice la nota de la presidencia brasileña.