El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, reclamó este lunes a los países desarrollados por las promesas incumplidas sobre la financiación para proteger la selva amazónica, prometió ser «duro» cortando créditos de ruralistas que deforesten la selva y anunció un plan con mayor rigor para el control de la tala, de «tolerancia cero» con los crímenes ambientales.
Lo hizo al ofrecer un discurso en el Palacio del Planalto con motivo del Dia del Medio Ambiente, en una coyuntura en la cual el Congreso, de mayoría opositora y vinculada al agronegocio, boicoteó mecanismos ministeriales relativos a la protección de los pueblos originarios y al control de los recursos naturales.
«La lucha es mucho más difícil de lo que podamos imaginar, los países ricos prometen lo que no pueden dar o lo que no quieren dar, lo vemos desde 2009; es hora de decir basta de promesas, el pueblo de la Amazonía quiere vivir, trabajar, estudiar, pasear, no podemos permitir que los seres humanos que viven en las selvas que hay que proteger sean los más pobres del planeta», sostuvo Lula.
El mandatario se refirió a las promesas de las potencias económicas de Occidente para financiar el Fondo Amazonia de Brasil y otras iniciativas de los ocho países amazonicos sudamericanos, así como africanos y asiáticos como Congo e Indonesia, que poseen las principales selvas fuera de Sudamérica.
Lula dijo que llegó al gobierno el 1 de enero «tras cuatro años de abandono» en las políticas públicas de protección al ambiente y a los pueblos originarios. Su primera medida fue la intervención federal en la tierra indígena yanomami, donde indígenas morían de hambre a raíz de la contaminación por mercurio de sus rios y arroyos, producto de los 20.000 mineros ilegales que actuaban allí durante los años de Jair Bolsonaro (2019-22).
«Actuando codo con codo con los demás países amazónicos, y también con Congo e Indonesia – que junto a Brasil tienen los bosques preservados más grandes del mundo – podemos ser la principal barrera para contener el desastre climático, que debemos evitar a toda costa», manifestó Lula, que destacó que la ONU eligió a Belém, capital del amazónico Pará, como sede de la COP 30 en 2025.
Brasil posee 60% de la selva amazónica y Lula convirtió ese potencial de biodiversidad sobre el cambio climático en una de sus claves de política exterior, aunque en el frente interno el Congreso de mayoría conservadora y neoliberal impidió la semana pasada ampliar las acciones del Ministerio de Medio Ambiente y de los Pueblos Indígenas.
«Respeto la decisión del Congreso pero no puedo compartirla porque va en contra de las directrices de la Constitución sobre medio ambiente», dijo por su parte Marina Silva, ministra de Medio Ambiente, sobre el freno que le puso el jefe de Diputados, Arthur Lira, aliado de Bolsonaro y del mercado financiero, al organigrama ministerial de Lula.
En su discurso, Lula advirtió a los ruralistas que no habrá financiación de la banca pública en caso de se detecte deforestación en la selva amazónica para la soja o la cría de ganado, en señal a un sector que está alineado con Bolsonaro y defiende la explotación económica dentro de las tierras indígenas.
«La Amazonía es soberana de Brasil pero no vamos a impedir que investigadores de todo el mundo vengan a investigar para que podamos dejar de deforestar y decirle a cada hacendado que no es necesario tirar árboles sino plantar nuevos; vamos a ser muy duros, no puede que se explote la minería sin autorización, este país tiene ley», sostuvo.
Lula sostuvo que Brasil tiene un rol clave como «la mayor potencia medioambiental del mundo», con la selva más grande y la biodiversidad más rica del planeta.
«Brasil, gracias sobre todo a la selva amazónica, es en gran parte responsable del equilibrio climático del planeta; por lo tanto, prevenir la deforestación en la Amazonía también ayuda a reducir el calentamiento global», agregó.
n ese marco, de cara al objetivo de deforestación cero, Lula relanzó el «Plan de Acción y Combate a la Deforestación en la Amazonía» aplicado en sus mandatos anteriores y que causó la mayor reducción de los índices de deforestación.
Anunció que su gobierno esta retomando la creación de áreas protegidas, parques y reservas, y que la Policía Federal y las Fuerzas Armadas están listas para actuar con prontitud ante cualquier emergencia ambiental.
El poder de fuego del Estado contra las mafias ambientales en la selva amazónica está incluido en el nuevo «Plan Amazonía: Seguridad y Soberanía».
Según se informó, el objetivo del Plan es la lucha contra delitos como la ocupación ilegal de tierras públicas, la prospección, tala, minería, caza y pesca ilegales en territorios indígenas, áreas de protección ambiental y en la Amazonía en su conjunto.
Lula vinculó también al narcotráfico y al crimen organizado que opera en las fronteras con otros países amazónicos por la degradación ambiental.
El fundador del Partido de los Trabajadores anunció un plan de modernización del patrullaje fluvial y del control de fronteras.
En el área social, la Beca Verde fue presentada como una ayuda económica para las poblaciones de la selva para que desarollen políticas extractivistas sustentables.
Cuidar la Amazonía es ante todo cuidar a los 28 millones de personas que viven en la Amazonía.
«No debe haber contradicción entre el crecimiento económico y la preservación del medio ambiente», indicó.
Entre las medidas anunciadas hoy por el Ministerio de Medio Ambiente se encuentra el embargo inmediato de las propiedades rurales legales o ilegales que sean detectadas como causadoras de la deforestación.
Lula homenajeó en su discurso al indigenista Bruno Pereira y el periodista británico Dom Phillps, asesinados hace un año, en el Valle del Javarí, estado de Amazonas, por la mafia de la pesca ilegal en aguas federales.
«Bruno y Dom deberían haber estado aquí, en este momento en que tendrían al gobierno brasileño como aliado y no como enemigo, al contrario de lo que sucedió en los últimos cuatro años. La mejor manera de honrarlos es asegurar que su lucha no ha sido en vano», aseguró Lula, quien se abrazó frente al atril con el líder indígena cacique Raoni, uno de los principales líderes amazónicos de los pueblos originarios.