El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció este martes que su Gobierno prepara un masivo programa de infraestructura basado en la transición ecológica energética y que junto con los países sudamericanos utilizará la preservación de la selva amazónica como «un instrumento de negociación ante el mundo desarrollado» para combatir el cambio climático.
«Tuvimos seis años de atraso en el país, vamos a lanzar el nuevo Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) con la cuestión de la transición energética y la transición ecológica en la innovación industrial», aseguró Lula durante el programa «Conversación con el Presidente», que se emite por los medios públicos todos los martes, en referencia a los períodos de sus antecesores Michel Temer (2016-2018) y Jair Bolsonaro (2019-2022).
Lula confirmó así lo anticipado por el ministro de Economía, Fernando Haddad, quien indicó que se preparan un centenar de acciones destinadas a la innovación tecnológica en la matriz industrial brasileña destinadas a la llamada transición ecológica, con foco sobre todo en la producción de energía.
En ese marco, Lula recordó que el fin de semana pasado estuvo en Colombia con su par, Gustavo Petro, para discutir cuestiones técnicas de la reunión de la Organización de Cooperación del Tratado Amazónico (OTCA) programada para agosto en Belém, estado amazónico de Pará.
En el foco estará incluir la agenda del cambio climático como pieza de negociación para obtener financiación a proyectos de desarrollo en la selva amazónica de los ocho países de la OTCA (Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela).
«Queremos usar a la Amazonía como un instrumento de negociación con el mundo desarrollado para que haya inversiones y desarrollar la calidad de vida de la gente que vive en esa región», aseguró el mandatario.
Lula vinculó la nueva política de reindustrialización de Brasil con el activo ambiental que supone tener en su país el 60% de la selva sudamericana.
Lula acusó a las potencias económicas de haber prometido en 2009 unos 100.000 millones de dólares destinados a financiación de proyectos para la población amazónica a cambio de políticas ambientales que preserven a la principal reserva de humedad del planeta.
El mandatario también dijo que a esa estrategia se sumará el grupo que creó Brasil llamado BIC, que incluye a otros países con las mayores selvas tropicales del mundo, Indonesia, República del Congo y República Democrática del Congo.
«Tenemos que transformar la industria para que el país tenga niveles de desarrollo de su pueblo», aseguró.
El mandatario aplaudió la caída de un tercio de la deforestación en el primer semestre de su mandato en la selva amazónica y anunció que su gobierno «jugará muy duro» contra la tala debido a su política de deforestación cero para 2030.
«Con la deforestación toda la economía pierde, vamos a jugar muy duro con la policía federal y si es necesario con las Fuerzas Armadas para proteger la selva de madereros ilegales, de la minería ilegal y el crimen organizado», aseguró.
Lula también sostuvo que el país se encuentra en una fase de «optimismo de la sociedad» debido a los resultados de la economía, la inflación, la caída del dólar frente al real y el «reinicio de la recuperación del poder de compra del salario».
«El país necesita tranquilidad y paz, por eso queremos crecimiento, que la riqueza se reparta y logramos una reforma tributaria que apunta a combatir la evasión impositiva», aseguró el mandatario, al hacer un balance económico sobre sus seis meses de gestión.