El enorme retroceso que significa para el Uruguay el gobierno de la derecha encabezado por Luis Lacalle Pou no es una novedad y menos algo inesperado para los uruguayos y las uruguayas de izquierda que vivimos en la Argentina.
Dentro de los retrocesos hay muchos “esperables”, defecciones lógicas producto de la imposición del modelo neoliberal y la defensa de los intereses de los sectores dominantes, pero hay otros que ni aún en las más oscuras pesadillas imaginábamos que podían animarse a realizar y uno de ellos es la posición del gobierno uruguayo respecto a la cuestión de la soberanía argentina de las Islas Malvinas.
El oficialismo uruguayo se niega a reconocer como “usurpación” la actitud inglesa en las islas, prefieren definir la cuestión como territorios en disputa y que en vez de aceptar el pronunciamiento de UNASUR prefieren a la declaración de la OEA de noviembre del 2021 que señala el interés de “colaborar mediante los máximos esfuerzos a las más altas acciones diplomáticas, siempre que las mismas estén amparadas en la paz y en los principios del derecho internacional”.
Un día antes del 25 de mayo, día de la Revolución que abre el camino a la independencia en el Río de la Plata, Luis Lacalle Pou se reunía con el primer ministro británico Boris Johnson. Entre otras cuestiones abordaron la cuestión de comprometerse a mejorar la cooperación en Defensa y Seguridad en asuntos de interés mutuo, ahondar en vínculos comerciales y económicos directos, a espaldas del Mercosur del cual Uruguay es integrante, e incluso se habla de vuelos a Malvinas directo desde Uruguay algo que expresamente se opone Argentina, más aún luego de que desde 2020 por restricciones impuestas por el Reino Unidos esté suspendido el vuelo regular que existía desde Punta Arenas con escala en Río Grande y que el gobierno argentino intenta reestablecer.
Para nosotros, como orientales en la Argentina, en primer término nos ofende que se haya reunido con el usurpador y que en una fecha tan emblemática como en las vísperas del 25 de mayo haya decidido ignorar el reclamo argentino de soberanía y también es muy preocupante, pensando en la seguridad futura de la región, que Lacalle fomente un tratado de defensa con la potencia ocupante.
Somos orientales, de izquierda y artiguistas y en consecuencia nos definimos como argentinos de la banda oriental. Somos hijos de aquel sueño inconcluso de la Patria Grande que nuestros libertadores forjaron en la primera revolución y que volvió a renacer durante los gobiernos progresistas de las primeras décadas del Siglo XXI y nos sentimos ofendidos y no representados cuando un presidente elegido por el voto popular lleva al Uruguay a una nueva traición a la Patria Grande, le pedimos disculpas a nuestros compatriotas de este lado de la Banda Oriental y estamos convencidos que cuando en el 2025 vuelva a gobernar el progresismo, esta nueva traición sólo será un mal recuerdo.
Uruguayos y Uruguayas militantes de la Patria grande
Espacio Cultural Eduardo Galeano
Casa Zitarrosa del Sur
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