Una nueva ola de huelgas en los transportes sacude la tradicional flema británica. Lejos de lo que los medios hegemónicos auguraban –y ansiaban–, sin embargo, los pasajeros se muestran comprensivos con los trabajadores: de alguna manera, con una inflación récord llegando al 13% anual, un triunfo del reclamo de aumento salarial alentaría medidas similares en el resto de los sindicatos.
Encabezada por los ferroviarios alineados en el TSSA (Asociación de Personal Asalariado del Transporte en inglés), RTM (Sindicato de Trabajadores Ferroviarios, Marítimos y del Transporte) y Unite, la medida de fuerza está a un paso con extenderse y las patronales ya están amenazando a los trabajadores con contratar personal externo para reemplazar a los huelguistas, amparadas en una reforma a la ley vigente.
Un aviso realizado por TSSA en 2017 y reflotado para la ocasión parece haber disparado las adhesiones. Allí se ve a ciudadanos de Francia, Países Bajos y Alemania agradeciendo «al pueblo británico» que permite que las redes ferroviarias europeas de propiedad pública compren a las compañías que gestionan los trenes en ese país.
«Cuando compras un boleto en Thameslink, Gatwick Express, Grand Central, Chiltern Railways, Merseyside Rail, Scotrail, Greater Anglia, London Midland, DLR, Northern Rail, London Overground, Cross Country, Southern y South Eastern, las ganancias se destinan a abaratar nuestros ferrocarriles», dice alguien en un momento el video. «En 2012 recibimos 3 millones de libras esterlinas solo de Greater Anglia. No solo eso, los contribuyentes británicos pagan subsidios masivos a nuestras franquicias, sin los cuales nunca podríamos obtener ganancias”, agrega otro. «De hecho, el gobierno Tory (conservador) quiere privatizar aún más, lo que significa que podemos ganar aún más, así que queremos decirles gracias», completa un tercero.
Los gremios reclaman que las empresas ferroviarias sean estatizadas. «El modelo de tarifas actual es obsoleto y poco práctico. Necesitamos hacer que nuestros ferrocarriles sean de propiedad pública y tener una revisión completa de la emisión de boletos para hacer que los viajes en tren sean más baratos y más atractivos para los pasajeros para que la gente se suba a nuestros ferrocarriles». declaró el secretario general del sindicato, Manuel Cortes, nacido en Gibraltar. «Si este gobierno se toma en serio la protección de los empleos y toma medidas significativas para abordar la crisis climática, debe hacer que nuestros ferrocarriles sean de propiedad pública, donde puedan operarse para el bien público y no para el beneficio privado», añadió. «