Los chalecos amarillos volvieron a tomar ayer las calles de Francia en medio de un importante despliegue policial que no bastó para impedir disturbios y desembocó en represión y casi 250 detenidos, la mayoría de ellos en París.
Fue la novena manifestación sabatina de este movimiento, que no tiene líderes ni ideología clara pero que desde hace dos meses amenaza la estabilidad del gobierno de Emmanuel Macron.
Unas 84 mil personas manifestaron en toda Francia, en comparación con 50mil la semana pasada, un claro éxito para el movimiento popular de los chalecos amarillos contra el gobierno de Emmanuel Macron, anunció el Ministerio de Interior. Los policías desplegados en todo el país fueron 80 mil.
En París desfilaron 8000 personas, de nuevo en alza, explicó el ministro de Interior Christophe Castaner, y destacó que no hubo «incidentes graves».
«La responsabilidad ganó frente a la tentación del enfrentamiento», se felicitó el ministro.
La protesta de llevó un gran número de manifestantes a Bourges, elegida por los chalecos amarillos por ser de fácil acceso para la gente de las provincias, debido a que está ubicada en el centro geográfico de Francia.
En esta ciudad del departamento francés de Cher, unas 5000 personas marcharon desde las afueras hacia el centro, informó la Prefectura.
Junto a los chalecos amarillos marchó un grupo de manifestantes de la Confederación General del Trabajo (CGT) que, al igual que el movimiento, reclama al gobierno mejoras económicas y sociales para las capas medias y bajas, informó el diario francés Le Monde. Según el diario, la represión se desató cuando un grupo de alrededor de 500 personas ingresó al centro histórico, pese a una prohibición de las autoridades.
Los manifestantes quemaron parte del mobiliario urbano y fueron reprimidos con gases y cañones de agua, informó la agencia de noticias Efe.
Unas 15 personas fueron detenidas en Bourges «preventivamente», informó Prefectura.
Mientras tanto en París, los «chalecos amarillos» iniciaron la jornada de protestas en sentido contrario al que hacen habitualmente.
Con carteles en los que reclaman la renuncia de Macron, marcharon desde la sede del Ministerio de Economía y Finanzas hacia el Arco del Triunfo, al final de la avenida de los Campos Eliseos.
Entre los lemas que coreaban los manifestantes, uno pedía la liberación del exboxeador Christophe Dettinger, quien la semana pasada fue grabado cuando golpeaba a dos gendarmes.
Los enfrentamientos en París estallaron en las primeras horas de la tarde alrededor del Arco del Triunfo.
Prefectura informó que la policía respondió con gases lacrimógenos y cañones de agua cuando algunos manifestantes arrojaron piedras hacia donde estaban apostadas las fuerzas de seguridad.
Agregó que al menos 59 personas fueron detenidas en los controles por «portar armas prohibidas» y por «participar en un grupo con el propósito de cometer actos de violencia».