La aparición de la variante Ómicron provocó que los contagios se multiplicaran en todo el mundo, una nueva ola que vuelve a tener como epicentro a Sudáfrica, donde la nueva cepa se originó, y a los países del hemisferio norte. Pero aunque la nueva escalada incluye la multiplicación de los contagios, las muertes y las hospitalizaciones han reducido significativamente sus porcentajes.
El caso de Sudáfrica es muy claro. Dicho país registró el miércoles un récord de contagios desde el inicio de la pandemia, a raíz de la propagación extremadamente rápida de Ómicron, según lo declaró Michelle Groome, del Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles (NICD, por sus siglas en inglés). «Las hospitalizaciones no aumentan a un ritmo tan espectacular», agregó durante una conferencia de prensa. «Comenzamos a ver algunos aumentos, pero aumentos relativamente débiles de las muertes», agregó.
Por su parte, otra miembro del NICD, Wassila Jassat, también afirmó que el número de personas que han necesitado oxígeno es «inferior respecto a cualquier ola precedente» de coronavirus. «Los pacientes parecen efectivamente permanecer menos tiempo», indicó, según la agencia de noticias AFP. Según el ministro de Salud sudafricano, Joe Phaahla, estos datos no significan que Ómicron sea menos virulento, sino más bien que las vacunas permiten prevenir los casos graves. Cerca de un tercio de la población está completamente vacunada en este país africano. El porcentaje sube a 66% para las personas de más de 60 años.
Los contagios con el coronavirus también van al alza en Estados Unidos, con 143.760 positivos confirmados en las últimas 24 horas, según datos de los Centros de Prevención y Control de Enfermedades (CDC). El balance de contagiados subió a 50.321.503, o sea más del 15 por ciento de la población, desde el comienzo de la pandemia. Los estados más afectados por la enfermedad son California con 5,16 millones de contagiados, seguido de Texas (4,38 millones), Florida (3,73 millones), Nueva York (2,88 millones) e Illinois (1,92 millones). En total, 15 de los 50 estados superan el millón de infectados, reportó la agencia Sputnik. Con una población de más de 331 millones de habitantes, Estados Unidos es actualmente el principal foco de contagio del coronavirus en el mundo.
Mientras tanto en Alemania, principal potencia europea, también se preparan para una nueva «ola masiva» de contagios de coronavirus provocados por la nueva variante Ómicron. Así lo advirtió el ministro de Salud, Karl Lauterbach, tras conocerse la cifra de casi 51.000 positivos en la última jornada. «Debemos prepararnos para un desafío bajo una forma que aún no hemos conocido; incluso una evolución más suave (de la enfermedad) no hará grandes diferencias», declaró el Ministro en una conferencia de prensa en Hanover.
El alto funcionario, citado por la agencia de noticias AFP, indicó además que el grado de peligrosidad de esta nueva variante sigue siendo difícil de evaluar, pese a que las infecciones parecen menos graves. Esto «mantendría tal vez el número de muertes en un nivel bajo durante dos o tres semanas, pero el aumento en el número de casos puede neutralizar esta ventaja», destacó el ministro que juzgó que sea «inevitable» la llegada de un periodo difícil. Alemania, el segundo país más golpeado por la pandemia en la Unión Europea después de Francia, alcanzó esta semana la cifra de 70% de la población vacunada con la pauta completa.