Hace 30 años se terminaba una pesadilla para la gran burguesía mundial, desaparecía el enemigo contra el cual habían combatido 74 largos años. Es de imaginar miles de brindis y champagne consumidos por los enemigos de los pueblos la noche del 25 de diciembre de 1991, y no precisamente por la conmemoración del nacimiento del niño de Belén.
El mundo prometido a partir de 1992 fue solo un espejismo embaucador. Pronosticaron 10 siglos de dominio absoluto del capitalismo, el fin de las ideologías y la historia. Sobrevendría la dulce convivencia, la felicidad universal y el fin de los conflictos. Sin embargo, las injusticias se incrementaron. En menos de 10 años “ocurrieron cosas”: en diciembre de 1998 el comandante Hugo Chávez ganaba las elecciones en Venezuela e inauguraba un ciclo por mayor soberanía en la región, Vladimir Putin recuperaba el honor nacional y el respeto por la gran Rusia después de una década de saqueo y rapiña, los pueblos árabes y del medio Oriente reclamaban el fin de la intervención europea y estadounidense y silenciosamente China ocupaba el centro de la escena del sudeste asiático primero y mundial después con un sistema hibrido que hizo soñar a la gran burguesía en incorporarla a su modelo.
Pretendieron hacer creer que la lucha de clases era un invento de un soñador alemán. No aceptan que en el sistema capitalista es como el sol, siempre existe, aunque a veces no aparezca con nitidez. Mientras que predomine un sistema donde unos vivan de la explotación del trabajo ajeno la lucha entre clases antagónicas será inevitable.
Prometieron un paraíso y en cambio se terminó de conformar un infierno, con la tragedia de millones de refugiados y desplazados, desastres climáticos, cientos de millones con hambre, pandemias y egoísmos en la distribución de los recursos, guerras…
¿Por qué la caída de la URSS fue una de las tragedias más grandes en la historia de la humanidad? Fundamentalmente por lo que significó para los pobres y los trabajadores del mundo y por lo que sobrevino a su desaparición.
La Rusia soviética resistió 4 años de guerra civil y la invasión de 14 ejércitos de las potencias occidentales. Con un proceso de industrialización acelerada en ciernes, el 22 de junio de 1941 es invadida por las fuerzas armadas nazis. EEUU y Gran Bretaña especulan con que se destruyan mutuamente y tardan 2 años en abrir el segundo frente reclamado insistentemente por Stalin. La humanidad está en deuda con el pueblo soviético por haber ofrendado 27 millones de víctimas para evitar que el mundo cayera a los pies de la barbarie.
El país de los soviets fue fundamental para el proceso de descolonización mundial y fiel colaborador de los movimientos de liberación y revoluciones que hubo en el mundo. Además, fue factor decisivo en forzar a Occidente para implementar el estado de bienestar.
El sistema terminó implosionando, víctima del acoso externo y de una sobredimensionada y corrupta burocracia, hija de las necesidades y las debilidades ideológicas, deglutiéndose al partido y desprestigiando al socialismo.
La caída de la URSS significó un descenso impactante en el nivel de vida de sus pueblos, permitió la instauración, en casi todo el mundo, del modelo neoliberal devastador y la desaparición del contrapeso geopolítico que impedía a la gran burguesía actuar con “libertad”.
Aún con las nefastas consecuencias que tuvo para los trabajadores y desposeídos del mundo la desaparición de la URSS, la historia de los últimos años nos muestra que ese proceso solo ha sido una etapa de un largo camino hacia el socialismo.
El sistema socialista soviético permitió movilizar lo mejor de muchas personas, así surgieron las recordadas “Brujas de la noche”, o en distintas áreas hombres como Antón Makàrenko, Máximo Gorki, Gueorgui Zhùkov o Richard Sorge. La experiencia soviética hoy debe ser estudiada por los pueblos para sacar conclusiones que iluminen el camino a una sociedad más justa e igualitaria. Pasarán los siglos, muchos pasajes de la historia quedarán desdibujados u olvidados, pero siempre estará presente el aporte brindado por la URSS y la revolución que le dio origen.