Largas conversaciones sobre geopolítica, negocios y hasta cuestiones personales que habrían mantenido el presidente ruso Vladimir Putin y el magnate estadounidense y militante de ultraderecha, Elon Musk, aliado clave de Donald Trump en su carrera por la presidencia, ponen en alerta a ciertos espacios de poder en el norte y se preguntan si esta relación entre pintoresca y maquiavélica afecta a la seguridad nacional del país. A pocos días de que el electorado defina quién va a ser el próximo presidente de una de las potencias centrales del mundo, la revelación periodística de estas conversaciones que llevan por lo menos dos años levanta todo tipo de especulaciones acerca de los intereses mutuos del empresario espacial y dueño de una de las redes sociales más influyentes –y funcionales a operaciones políticas de toda clase- y el gobierno antagonista de las naciones que integran la OTAN y sus satélites.
Según afirmó la semana pasada el diario The Wall Street Journal, Musk y Putin «han mantenido contactos regulares desde finales de 2022«. Citando como fuente a funcionarios y exfuncionarios de Estados Unidos, Europa y Rusia, Musk y Putin habrían hablado repetidas veces sobre «asuntos personales, negocios y geopolítica». Por ejemplo, durante una de estas charlas, Putin habría pedido a Musk que no active su sistema satelital Starlink sobre Taiwán como un favor al presidente chino Xi Jinping, principal aliado estratégico del ruso.
Las charlas también habrían incluido la temática de la guerra con Ucrania, sobre la que Musk cambió de posición hacia lo que piensa el propio Trump, quien sostiene que la guerra debe terminarse y tendría una propuesta para que Kiev ceda algunas posiciones.
Ante la consulta periodística, Rusia negó los contactos. Sólo hay un registro de Musk reconociendo una charla vía Space con Putin en 2022. La embajada china en Washington, a su vez, dijo no tener conocimiento «de ningún pedido hecho a Putin para que actuara en nombre de China«, apuntó el medio. A su vez no hubo respuesta a los mensajes enviados a X y Tesla para lograr alguna declaración de Musk, agregó.
En seguimiento del caso, la agencia The Associated Press aseguró que una fuente anónima y cercana a la situación descripta “confirmó que Musk y Putin han tenido contacto a través de llamados”. La fuente no brindó detalles adicionales sobre la frecuencia de las charlas, cuándo ocurrieron o su contenido.
Musk es el hombre más rico del mundo, dueño de la planta de autos eléctricos, Tesla, y la red social nacida como Twitter y que él rebautizó X, siguiendo el nombre de su otra firma, la aeroespacial Space X. Como señala AP «ha surgido como una voz cantante de la derecha estadounidense. Ha volcado millones de dólares en la candidatura presidencial de Trump y vuelto la plataforma X un espacio muy popular entre los seguidores del expresidente, a la vez de servir para la propagación de teorías conspirativas y propaganda extremista pro rusa».
En los últimos tiempos, el candidato republicano se encargó de diferenciarse de su enfoque sobre la guerra en Ucrania con el de la actual administración Demócrata, al punto de que asegura que si él hubiese estado en la Casa Blanca, la guerra no se habría producido. Trump tiene también antecedentes tensos en su relación con el presidente Volodimir Zelenski, por su intento de presionarlo para que abriera una investigación contra Biden. En su promesa de poner fin a la guerra «en 24 horas» muchos suponen que cualquier acuerdo de paz favorecería a Rusia.
Según publicó recientemente el sitio de la alemana DW, Trump tendría pensado también cortar con la ayuda que su país envía a Ucrania, en cuyo caso, «si la ayuda estadounidense terminara por completo, los gobiernos europeos tendrían dificultades para apoyar a Ucrania por sí solos», apunta el informe.
Antecedentes
Las opiniones de Musk sobre Ucrania «han cambiado desde que inicialmente apoyó a Kiev tras la invasión de 2022 y le proporcionó su sistema Starlink para comunicaciones». Pero posteriormente, «Musk se negó a permitir que Ucrania usara Starlink en 2023 para un ataque sorpresa contra soldados rusos en Crimea«.
También apoyó un plan de paz «que habría requerido que Ucrania renunciara a sus planes de ingresar a la OTAN y otorgara a Rusia el control permanente de Crimea. El plan enfureció a los líderes ucranianos».
Las llamadas reportadas por The Journal y el cambio de postura de Musk sobre Ucrania fue una «coincidencia inquietante», según palabras que recoge la agencia de Bradley Bowman, exprofesor asistente de West Point y director del Centro de Poder Militar y Político en la Fundación para la Defensa de las Democracias, un think-tank con sede en Washington.
Para expertos consultados, la relación de Musk con Putin plantea cuestiones de seguridad nacional, ya que Space X, un socio fundamental para la NASA y los programas gubernamentales de satélites, ha recibido miles de millones de dólares en contratos del gobierno. «Trump también prometió dar a Musk un papel en su gobierno, si gana».
Por su parte, el exembajador de EE UU en Rusia, Michael McFaul, señaló que es inusual que líderes empresariales se pongan en contacto con Putin sin informar a las autoridades. Aunque los directores ejecutivos suelen interactuar con líderes extranjeros, “Putin es un caso aparte, dado que invadió Ucrania«. Para el diplomático, se trata de «un criminal de guerra que está masacrando a civiles. Eso hace que esto esté mal, en mi opinión (…) Tenés que decidir en qué equipo estás. ¿Estás en el equipo estadounidense o en el equipo ruso?», desafió.
El experto antes citado, Bowman, destaca que «la política del gobierno de EE UU es intentar aislar a Vladimir Putin, y Elon Musk está socavando directamente esa política«. Y se pregunta: «¿Qué está haciendo Putin con Musk? Está tratando de reducir su aislamiento internacional e influir en la política exterior de EE UU».
Sin embargo, una fuente «familiarizada con las conversaciones» le dijo a The Journal que no hay evidencia de que el contacto de Musk con Putin represente «un problema de seguridad».
De conocerlo, el caso no es confirmado por ningún estamento institucional del alto nivel. El portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dijo a los periodistas que no tenía información para compartir sobre el tema. Tanto el Pentágono como funcionarios de inteligencia «declinaron hacer comentarios» y el Departamento de Estado «no respondió a un correo electrónico solicitando testimonio».