El canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla resaltó el excelente estado de las relaciones entre Cuba y la Unión Europea (UE), al recibir en la cancillería a la Alta Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de esa comunidad política, Federica Mogherini. Cuba y la UE revisan la marcha de su Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación (ADPC), en medio de las presiones de Estados Unidos, que incrementó desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca el bloqueo contra el gobierno de la isla.
«En fructífero encuentro con Alta Representante UE Federica Mogherini, destacamos buen estado de las relaciones Cuba-UE e importancia del ADPC (Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación) como marco regulatorio para la consolidación de nuestros vínculos. Abordamos nuevas medidas de bloqueo de EEUU vs Cuba y otros temas de la agenda internacional», escribió el titular cubano de Exteriores en su cuenta de la red social de Twitter.
Cuba mantiene relaciones diplomáticas con los 28 Estados miembros de la UE y el pasado año celebró el 30 aniversario del establecimiento de las relaciones con la Comunidad Europea.
Este lunes 9 de septiembre, La Habana será sede del II Consejo Conjunto entre la isla y la UE, donde se repasará el estado de la instrumentación del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación suscrito en 2016 entre Cuba, la UE y sus Estados miembros.
El 16 de mayo de 2018 Cuba y la UE sostuvieron en Bruselas el primer Consejo Conjunto, donde se acordó mantener diálogos en cinco ámbitos clave como la lucha contra la proliferación de armas de destrucción masiva, el control sobre armas convencionales, la superación de las medidas coercitivas unilaterales, y la realización de las tareas del siglo XXI.
En 2018 las partes discutieron también sobre los problemas internacionales y la colaboración bilateral en energía y agricultura, y se firmó un acuerdo sobre la financiación del programa de colaboración en materia de energía renovable para el cual la Comisión Europea destinó a la isla 18 millones de euros, para fomentar el desarrollo de este tema en Cuba y el aumento de su eficiencia energética.
En un primer encuentro el domingo, Mogherini y Rodríguez abordaron «las nuevas medidas de bloqueo de EEUU contra Cuba», según tuiteó el canciller cubano.
El ADPC fue suscrito en diciembre de 2016, un mes antes de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, y ratificado en noviembre de 2017, cuando La Habana y Bruselas comenzaron relaciones plenas, sorteando diferencias en temas sensibles como los derechos humanos.
«Estamos en el mejor momento de la relación entre Cuba y la Unión Europea de los últimos 25 años. Antes estuvo estancada durante veinte años, del 1996 al 2016, por la Posición Común de la UE, y desde 2016 nos hemos encontrado con mucho respeto», dijo a la AFP Alberto Navarro, embajador de la UE en La Habana.
En un comunicado divulgado el viernes, la Comisión Europea adelantó que en el consejo se tratarán los efectos de la Ley Helms-Burton de Estados Unidos y la situación en América Latina.
El martes pasado, un Comité Conjunto Cuba-UE coincidió en «la importancia de incrementar el comercio y las inversiones», así como «de contrarrestar la aplicación de la Ley Helms-Burton y sus efectos extraterritoriales», según un comunicado oficial cubano.
El presidente Donald Trump ha recrudecido el embargo que Washington aplica contra Cuba desde 1962, revirtiendo el acercamiento que inició su antecesor Barack Obama. En vísperas de la llegada de Mogherini, Estados Unidos anunció nuevas restricciones sobre el envío de remesas y la prohibición de transacciones bancarias.
En esas línea, Trump activó en mayo el título III de la Ley Helms-Burton, congelado desde su promulgación en 1996, que permite demandar en tribunales estadounidenses a empresas extranjeras que administren bienes nacionalizados en Cuba por la revolución de 1959.
Estas reclamaciones amenazan con multas millonarias a empresas europeas que operan en Cuba y desalientan la inversión.
La UE es el principal inversionista en Cuba y su mayor socio comercial, con un intercambio que superó los 3.470 millones de dólares en 2018. «La cooperación la hemos triplicado», agregó Navarro.
Washington justifica sus nuevas presiones alegando que Cuba es el sostén de Nicolás Maduro en Venezuela, principal aliado político y económico de la isla.
Caracas es también su primer suministrador de petróleo y el país donde trabajan más de 20.000 médicos, paramédicos y maestros cubanos, cuya labor deja sustanciales ingresos a la isla.
Canadá, líder del grupo de Lima, ha tratado de involucrar a Cuba en una solución negociada de la crisis venezolana. La Habana ha reiterado su apoyo «irrestricto» a Maduro.
La UE encabeza un Grupo de Contacto con los mismos fines y al parecer llega a La Habana con una idea similar a la de Canadá.