Los esfuerzos para que los ex guerrilleros colombianos puedan desarrollar iniciativas productivas son fundamentales tanto para su reincorporación a la vida civil como para evitar la reincidencia en las actividades ilícitas, explicó a Télam el director de la Agencia Nacional de Reincorporación y Normalización (ARN), Joshua Mitrotti.
De los 50.000 desmovilizados que siguieron el plan de reintegración de la ARN en estos 14 años, sólo 24% cayó en la reincidencia. Una tasa muy inferior a la que tienen las cárceles colombianas, en donde siete de cada 10 ex presidiarios son detenidos por delitos más graves en los tres años siguientes a su excarcelación.
Si bien Mitrotti explicó que la reincidencia depende de la vocación y del interés de los involucrados, aseguró que la disciplina y la organización de las FARC en su compromiso con la paz facilita la adhesión de sus miembros a la reinserción civil.
«Si la reincorporación es como la construcción de un edificio de 100 pisos, creo que al final de este gobierno vamos a estar en el sótano número cuatro, pero lo importante es que generar unos cimientos sólidos para soportar el peso de lo que falta construir», enfatizó.
Ante el año electoral que enfrentará Colombia en 2018, con elecciones legislativas en marzo y presidenciales en mayo, el funcionario recalcó la importancia de no caer en «un debate electoralista, populista y de corto plazo» porque, a su juicio, las políticas públicas han de tener una perspectiva de «largo aliento» para ser eficaces.
La reincorporación tiene la capacidad de transformar a Colombia en los próximos 10, 15, 20 años y es ahí donde tenemos que tener los ojos puestos, con responsabilidad y con sostenibilidad, sentenció.