Con la caída del primer ministro francés, Michel Barnier, el numeroso bloque de izquierda logró imponer la agenda y ahora presiona al gobierno de Emmanuel Macron a que nombre a alguien de su espacio para suceder al funcionario saliente.
El Nuevo Frente Popular (NFP) adelantó que si el nombrado no sale de sus filas habrá una censura «automática» del futuro gabinete.
Los diputados de la Asamblea Nacional Francesa votaron este miércoles a favor de una moción de censura, con lo que el primer ministro francés, Michel Barnier, se ve obligado a dimitir y su Gobierno finalizará en breve.
Un total de 331 diputados, en su mayoría de la alianza de partidos de izquierda Nuevo Frente Popular y del partido de extrema derecha Agrupación Nacional, votaron a favor, con lo que superaron por amplio margen los 289 votos necesarios para la aprobación de la moción de censura.
El NFP, del que forman parte La Francia Insumisa (LFI) y el Partido Socialista (PS), entre otros, es el bloque con más escaños en la Asamblea Nacional desde las elecciones de julio y, aunque no cuenta con una mayoría suficiente, reivindica que es quien tiene derecho a tomar las riendas.
«Si Emmanuel Macron no nombra a un primer ministro del NFP, censuraremos automáticamente el Gobierno», ha sentenciado la jefa de filas de los ‘insumisos’ en la Asamblea, Mathilde Panot, que dejó en claro en una entrevista en LCI que no aceptarán «la continuación de la política macronista».
En este sentido, subrayó que las tesis del presidente ya han sido «derrotadas» en las urnas y este mismo miércoles en el Parlamento, donde prosperó por primera vez en más de seis décadas una moción de censura secundada además por la ultraderecha de Marine Le Pen.
Pese a que Macron asegura que la censura no afectará su estabilidad presidencial, el histórico dirigente de la izquierda, Jean-Luc Mélenchon, lo puso en duda. «La censura inevitable ha tenido lugar. Incluso con un Barnier cada tres meses, Macron no resistirá tres años», dijo en redes sociales.
De acuerdo con la Constitución de Francia, ahora Barnier tiene que presentar su renuncia al presidente, la cual será automáticamente considerada como aceptada.
Antes del voto, Barnier defendió ante los legisladores franceses su decisión de forzar la aprobación del presupuesto de seguridad social 2025. «Tomé esta decisión después de haber demostrado un espíritu de escucha, respeto y diálogo que llevó al Gobierno a mejorar diariamente su texto en varios puntos importantes», dijo.
La prensa francesa coincide en que el relevo será rápido y Macron no tardará semanas en buscar un reemplazo a Barnier, sino días o incluso horas. En una carrera sin claros favoritos, la elección y las futuras políticas deberán contentar a un espectro más amplio que el que forman los macronistas y el centro-derecha clásico.
Uno de los nombres que se barajan es el del ministro de Defensa, Sébastian Lecornu, cercano a Macron. «No soy candidato a nada», ha zanjado sin embargo este jueves al ser interrogado sobre este tema en la RTL.
Quien sí se ha postulado públicamente es la excandidata socialista Ségolene Royal, que se ha confesado «disponible» e incluso a escrito al presidente. En este sentido, ha reclamado «un candidato de izquierda, experimentado y capaz de unir», requisitos que considera cumplir, como ha expuesto en sus redes sociales.
El presidente Macron tiene previsto pronunciar un discurso a la nación este jueves por la noche.
BB con NA y Europa Press