El analista subrayó que los cristianos iraquíes «tienen una importancia simbólica muy grande para el Vaticano así como para el Gobierno y la sociedad de Irak, como modo de demostrar que son diversos y tolerantes».
Además de reunirse con sus fieles, el encuentro más destacado de su visita será con el ayatolá Ali Al-Sistani, «un líder religioso de la comunidad chiíta con una influencia política muy grande en Irak», puesto que esa rama del islam es la más numerosa del país. Jalit recordó que Ali Sistani «fue el principal defensor de la comunidad cristiana para evitar su expulsión».
Pese a los riesgos vinculados con la seguridad –especialmente por la tensión entre Washington y Teherán escenificada en Irak, pero también por el yihadismo islamista–, «ninguno de los actores externos va a realizar una acción que ponga en riesgo la integridad del papa».
Sobre el significado de la reunión con Ali Sistani, el integrante de la Fundación Meridiano dijo que una lectura posible es que «el papa le da más importancia a la ciudad sagrada de Náyaf (Irak) sobre Qom (Irán)». «La visita a Irak hace que ponga a la comunidad iraquí chiíta por sobre la chiíta iraní», agregó.